La profesional de la salud, que otrora estuvo en urgencias pediátricas de la antigua Clínica Saludcoop Norte, ahora Esimed Norte, no se resignó a las condiciones que enfrentaba sino que decidió romper los esquemas. Nos enseña que el asunto no depende de una ideología política o de la militancia en tal o cual partido, sino de tener eso que muchos ya perdieron: “conciencia social“, de justicia, de defensa por los derechos inalienables que no nos puede robar el patrón.
¿La razón de su protesta? La especialista entabló una acción legal contra Esimed, firma que asumió la carga prestacional de la empresa en liquidación. “La tutela falló a mi favor, ellos están en desacato, pero en el juzgado me dijeron que se demora diez días hábiles. Me preocupé porque tengo dos hijos pequeños, por ellos me motivé a hacer esta manifestación, no les puedo decir: espérense para comprarles tal cosa, hay cosas que no pueden esperar”, asegura.
La profesional denunció que Esimed, empresa que hizo la sustitución patronal con Corporación IPS SaludCoop, “
es la que se está negando a reconocerme como empleada, a pesar de que cumplo horarios, trabajo en sus instalaciones, me dan las responsabilidades que les dan a los otros médicos”, dijo la médica, vinculada hace doce años a SaludCoop.
Después de pasar varios días en huelga de hambre, fue ingresada a recibir atención por problemas en su hígado. Pero fue y seguirá siendo una berraca, alguien con decisión que no se dejó arrastrar por las circunstancias y que venció, por encima de quienes ni siquiera brindaron todo el apoyo que podían, porque en Cafesalud y la entidad en la que María Elena ha prestado sus servicios, no es uno sino muchos los explotados.
Saludo solidario, compañera María Elena, desde el SUGOV–Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle–. Se lo dijimos cuando fuimos a la Clínica a darle nuestra voz de aliento, y hoy los empleados de la Gobernación se lo reafirmamos, desde nuestra organización sindical…
¡La única lucha que se pierde es aquella a la que renunciamos!