Sugov
Por Fernando Alexis Jiménez
Hasta hace pocos meses cuando alguien nos brindaba una sopita de huevo o quizá esos mismos huevos, pero fritos, de inmediato pensábamos que algo andaba mal en casa y hasta nos atrevíamos a preguntar: “¿Y cómo anda Juan de trabajo?”. Es que la sensación era que había poca plata para mercar.
Por estos días, en cambio, cuando invitan a comer pericos con arroz, de inmediato se nos viene a la mente de que están celebrando algo especial. ¿La razón? Los huevos se subieron tanto de precio, que hoy es un lujo tenerlos en un plato.
Y de la mano con los huevos, el pollo, las vísceras, las verduras y hasta lo más elemental de lo que echábamos mano hace poco para embolatar el almuerzo.
A esa situación nos llevó el Presidente Santos y su flamante Ministro de Hacienda que tiene la desfachatez de mostrar en su cuenta de Twitter una foto en la que aparece montando en clase económica, y no ejecutiva, en su viaje a Davos, Suiza.
¿Es que acaso es gran cosa que viaje como todos nosotros, los parroquianos, en un avió donde se paga tarifa económica?¿Son esos los grandes sacrificios para sacar un país de una profunda inflación que está tocándole los talones este año a la del Brasil, en donde raya el 11%?
Por estas y otras razones, no podemos menos que reconocer que la de hoy fue una de las movilizaciones más grandes de los últimos años en Cali y en Colombia.
Los COLOMBIANOS INDIGNADOS—todos nosotros—la sacamos del estadio. Fue una clara demostración de que todo tiene un límite, y si hay algo que tiende a rebasar todos los topes, es la paciencia del pueblo.
Y aun cuando los medios tradicionales, aquellos que controla el sistema, no registraron lo que ocurrió en Cali y en las principales ciudades del país, no se puede tapar el sol con un dedo. La realidad desbordó toda previsión.
El viernes último cuando en el SUGOV nos reunimos con los organizadores de la marcha, los representantes visibles de los COLOMBIANOS INDIGNADOS, advertimos que es necesario estructurar una plataforma de lucha para que todo no termine ahí, en una protesta multitudinaria. Es necesario dar pasos más allá y converger, en unidad de acción, con el Paro Cívico Nacional que vienen preparando las Centrales Obreras para el mes de marzo.
La manifestación de los COLOMBIANOS INDIGNADOS es un buen indicativo de que hay receptividad cuando se llama a las masas a expresar su inconformidad. Es evidente que hay molestia, y a menos que el Presidente Santos revise su política económica, la fijación de un IVA más alto y de fortalecimiento del fisco nacional a partir de la creación de nuevos impuestos, la situación puede salirse de las manos.
Desde el SUGOV, tras la trinchera para difundir ideas en la que convertimos un computador, sinceras y combativas felicitaciones a los organizadores de la marcha. Un llamado a proseguir el proceso sobre la base de una plataforma política sólida, que pueda constituir una semilla de cambio, como lo que constituyó la iniciativa de un bloguero en medio oriente y que fue creciendo hasta convertirse en la Primavera Árabe, que trajo un cambio estructural en el esquema de gobierno.
La lucha no ha terminado, apenas comienza si realmente vamos tomando conciencia de la forma como nos golpea el Gobierno de Santos.
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