SINDICATO UNITARIO DE LA GOBERNACIÓN DEL VALLE DEL CAUCA
NOSOTROSCONTACTO 20 Mar, 2023

Opinión

ppotes04/05/2022
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La Fiscalía presentó escrito de acusación contra un coronel, un teniente y un patrullero. Investigaciones continúan. Otros oficiales y agentes terminarían involucrados en nuevos hechos de violencia en protesta social.

Publicado originalmente en el Portal Seguimiento.Co


Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos presentó escrito de acusación contra un coronel, un teniente y un patrullero de la Policía Nacional por algunos de los homicidios y casos de lesiones personales ocurridos durante las jornadas de protesta programadas en Cali (Valle del Cauca), en 2021.

Los uniformados estarían involucrados en distintos hechos y tendrían diferentes niveles de posible participación. Los acusados son:

Patrullero Wilson Orlando Esparragoza Corcho. De acuerdo con el material de prueba y la evidencia técnica obtenida, sería el responsable de disparar el proyectil que le ocasionó la muerte a un joven que participaba en las movilizaciones que se registraron frente al CAI Villa del Sur, en el sector Puerto Rellena, la tarde del 28 de abril de 2021.

El funcionario, al parecer, accionó el arma de dotación contra los manifestantes. Para la Fiscalía, la víctima se encontraba en indefensión y no era una amenaza inminente para las personas. Así que el actuar del funcionario habría sido desproporcionado y violatorio de los principios que deben acompañar a quienes salvaguardan el orden. En ese sentido, la acusación es por el delito de homicidio agravado.

Teniente Néstor Fabio Mancilla Gonzaliaz. En su condición de comandante del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) estaba a cargo de un componente de hombres que, supuestamente, disparó contra manifestantes y ciudadanos ajenos a las concentraciones sociales, en dos eventos diferentes.

El primero, sucedió el 30 de abril, en el barrio El Diamante. Aquí, dos personas murieron y otras dos resultaron heridas. El segundo, se registró en inmediaciones del barrio Siloé, la noche del 3 de mayo.  Este hecho dejó tres muertos y dos heridos.

La investigación da cuenta de que el oficial, supuestamente, falló en el deber de dirigir y controlar a los efectivos de su unidad, y no tomó las medidas necesarias para evitar más víctimas. El escrito indica que sería el posible responsable de los delitos de homicidio agravado y lesiones personales.

Coronel Edgar Vega Gómez. El oficial, en su momento, se desempeñaba como comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali. Adicionalmente, había sido designado como jefe de servicio y el encargado de orientar las acciones de sus subalternos para restablecer el orden, los días en los que se presentaron los eventos en los que estarían involucrados algunos integrantes del GOES, y por los que es procesado el teniente Mancilla Gonzaliaz.

El coronel Vega Gómez habría incumplido al compromiso institucional y constitucional de velar por la seguridad de los civiles participantes en las jornadas de protesta, y, presuntamente, no tomó los correctivos necesarios para evitar los excesos que se produjeron. De esta manera, es acusado por los delitos de homicidio agravado y lesiones personales.


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La jornada transcurrió tranquila, salvo el borrachito que gritó vivas y abajos, y terminó en la cárcel. Lo encerraron acusado de asonada y de subvertir la tranquilidad de Pueblo Pequeño.

Pedro, Juan y Álvaro se levantaron muy de mañana, tomaron café con un vivo entusiasmo que se reflejaba en sus rostros, mientras hacían cuentas mentales sobre el caudal electoral que los acompañaría en las urnas. Coincidían en algo: consideraban que aquel domingo, seria el mejor de sus días.

Mijo, están reclamando que los huevos salieron pichos, la leche agria y las lentejas con gorgojo. Que si les puede cambiar el mercado–, gritó la esposa de Pedro, desde la cocina, pegada del teléfono.

Claro, pero después de las elecciones–, respondió mientras salía de casa dando un portazo que escucharon hasta en el último rincón de Pueblo Pequeño.

Desagradecidos. Uno les calma el hambre y exigiendo por un voto. Definitivamente, así paga el diablo a quien bien le sirve”, murmuró mientras se alejaba.

Juan iba de camino a la plaza principal de Pueblo Pequeño. Pensaba en muchas cosas. Entre otras, que vendió el carro e hipotecó la casa para financiar la publicidad de la campaña.

Yo creo en el voto de opinión–, se repetía en voz alta, mientras saludaba con una sonrisa a todos cuanto veía en la calle. —La gente quiere una renovación… —

Álvaro, por su parte, se levantó tarde. Confiaba en que, como siempre, la gente lo acompañaría masivamente. “Ellos saben por quién deben sufragar. Para qué insistirles. Sería tanto como llover sobre mojado.”

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La jornada transcurrió tranquila, salvo el borrachito que gritó vivas y abajos, y terminó en la cárcel. Lo encerraron acusado de asonada y de subvertir la tranquilidad de Pueblo Pequeño.

Mientras avanzaban las votaciones, los mercados iban y venían, por encima de las narices de Juan, quien ignoró esa realidad o, como solía repetir: “Lo más maravilloso de este remanso de paz, es la solidaridad de las personas unas con otras. Hasta en domingo ayudan al necesitado.”

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Los escrutinios iban bien hasta que un sorpresivo corte de energía eléctrica, dejó todo en penumbra. Y en menos de quince minutos, cambió el curso del conteo.

En política nada está escrito—justificó Pedro Continuismo.

Juan Candidote perdió por tercera vez en una contienda. En adelante le tocará andar a pie o montar en bus intermunicipal, al tiempo que debe apropiar un presupuesto para pagar arriendo. Sin embargo, con una sonrisa, repite:

La quinta es la vencida. Voy a ganar en la próxima. Será mi revancha…–se consuela.

Álvaro Quemadito se encerró desde el lunes en su casa. Perdió hasta la sonrisa. Dicen las lenguas viperinas de Pueblo Pequeño que el culpable de su derrota fue Pedro Continuismo. Le sedujo hasta el último votante. De paso, le desbarato la maquinaria política. “En política todo se vale”, fue su argumento para tumbarlo.

Álvaro le dijo a su esposa, quien le estaba curando las heridas de las quemaduras:

Tranquila, mija, de esta nos levantamos. Volveremos a la contienda y, le aseguro, le juro por mi madrecita linda, que no dejo títere con cabeza cuando vuelva al poder—A renglón seguido le anunció que montaría un puesto de quesos en la galería, para sobrevivir.

Ella lo miró, le sonrió y le dijo: “No se mueva, que se arranca la gasa”.

La calma reina en los hogares de Pueblo Pequeño. Comenzaron a bajar las vallas y quitar los cartelones, que habían pegado hasta en la casa cural para sacarle la paciencia al sacerdote, de quien dicen las malas lenguas, tiene tendencia izquierdosa.

Todos están contentos, aunque los huevos hayan salido pichos, la leche agria y las lentejas con gorgojos. A menos este día tendrán algo en la mesa…

 


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En una descarnada entrevista alrededor del panorama social de Colombia, el presidente de la CUT, Francisco Maltés Tello, explica por qué se da un fenómeno político sin precedentes: la unidad de diversos sectores en apoyo a los candidatos de la izquierda.

Por Fernando Alexis Jiménez | Dirigente del SUGOV

Por primera vez en mucho tiempo los trabajadores de Colombia están unidos alrededor de las figuras de Gustavo Petro y Jorge Robledo, dos de los líderes de izquierda que han defendido en diversos escenarios los derechos laborales. Tienen trayectoria porque, con fundamento, han cuestionado a quienes, en su condición de empleadores, promueven en contubernio con el gobierno nacional, el progresivo desmejoramiento de las condiciones conquistadas al calor de la lucha.

Los últimos cuatro años han sido nefastos. Aumentó el desempleo, se amplió la base de personas en condición de pobreza que hoy suman los 22 millones y la inflación sigue galopando, distante de los controles que anunció el mandatario cuando dijo que el 10% de ajuste salarial, buscaba recobrar la capacidad adquisitiva de los colombianos.

La inconformidad es mucha. Y a menos que se produzca un cambio pronto, el estallido social puede reavivarse—asegura con preocupación el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores—CUT—Francisco Maltés Tello.

Él, como uno de los voceros del Comité Nacional de Paro, explica que las encuestas que favorecen al Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza, tienen una explicación sencilla: la gente está cansada de gobiernos que han pensado en los intereses de un grupo muy pequeño de castas en el poder, incluyendo los empresarios, mientras que la base social enfrenta cada día un desmejoramiento en su calidad de vida.

¿Por qué la izquierda se ha fortalecido? ¿Qué explica, por ejemplo, las multitudinarias manifestaciones de apoyo al aspirante Gustavo Petro, como la realizada el fin de semana en Cali?

Maltés Tello no duda en responder:

La inconformidad social, así de sencillo. No de otra forma se puede entender que quienes han militado en diferentes vertientes políticas, ahora le estén apostando a un gobierno alternativo…

¿Cree en las posibilidades de Petro o de Robledo y de que se produzca un cambio en el Congreso?

El dirigente de la CUT se me queda mirando como si yo viviera en la estratósfera y recién hubiese aterrizado.

Claro que creo que se avecina un cambio. ¿Acaso usted lo duda? Haga una lectura sencilla del escenario nacional…

Luego comienza a describir por qué Colombia se encuentra hoy en un punto sin retorno:

El estallido social comenzó el 21 de noviembre del 2019 como reacción a las pretensiones del gobierno nacional de sacar adelante tres reformas lesivas para todos: laboral, pensional y tributaria. Esto nos toca a todos, desde la clase media hasta el que se rebusca vendiendo frutas en una carreta, en una ciudad o en un municipio de nuestro país. Marginarse de esa realidad, es ilógico, pretender tapar el sol con un dedoAhora, recuerde que esas reformas constituyen recomendaciones de la OCDE, en las que todavía siguen insistiendo; de hecho, se lo reafirmaron al presidente Duque en París.

Pero ahora los aspirantes al congreso o a proseguir en esas curules están presentándose como defensores de los derechos de los obreros…

Eso es lo gracioso en este Macondo que es Colombia. ¿Recuerda? Cuando a todos les dio la enfermedad del insomnio y olvidaron hasta lo más elemental. Es lo que nos pasa en Colombia. Los políticos de siempre se presentan como salvadores y muchos de los que han sido golpeados por ellos, les creen nuevamente. Olvidan lo que históricamente ha venido ocurriendo

¿Y los aspirantes del Pacto Histórico y de la Coalición de la Esperanza?

Quienes hoy están en esas dos vertientes, fueron los únicos que apoyaron la movilización social, expresaron su rechazo a la brutalidad del gobierno nacional al reprimir las protestas y estuvieron a favor de tumbar esas pretendidas reformas. Los Mesías que hoy quieren llegar o repetir senado y cámara de representantes, apoyaron a Duque…

¿También los proyectos de Ley en lo que se transformaron los diferentes puntos del Pliego de Emergencia?

Sí, exactamente. Recuerde que en diciembre del 2019 se realizaron movilizaciones hasta mediados de ese mes y el aguinaldo de Duque fue una reforma tributaria que le “regaló” a los empresarios 12 billones en exenciones. Una reforma que afectaba a los de a pie, inconveniente, como se probó luego.

Ahora, el asunto es que el 28 de abril del 2021 se avivaron las movilizaciones que paralizaron al país. Un hecho sin parangón en la nación, fruto de la inconformidad popular. Quienes hoy forman parte del Pacto Histórico y algunos de la Coalición de la Esperanza, acompañaron la resistencia y, antes que deslegitimar a las primeras líneas, abogaron porque se escuchara a los jóvenes. Los de siempre, los politiqueros, lo que pugnaban era por la “tierra arrasada”, en otras palabras, arremeter contra la protesta social. Eso es lo que muchos olvidan…

¿Y los proyectos para el Congreso?

Surgieron de todo ese proceso, de movilización popular. Solamente el Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza han apoyado las propuestas en su tránsito por el legislativo. Los demás, unieron fuerzas y han hundido 4 de los 10 proyectos.  Y debimos presentar esas iniciativas al Congreso porque el Pliego de Emergencia, que buscaba mejorar la capacidad adquisitiva de los colombianos en un periodo tan critico como la pandemia, que aun persiste, fue ignorado por el gobierno de Duque. Desconoció la contundencia de las movilizaciones.

¿El Paro Nacional? ¿Cómo evaluarlo?

–Fue el despertar de un país. Que las inmensas mayorías, que hoy conservan esa inconformidad, tomaran conciencia que en las calles se logran las reivindicaciones. Ahora el momento es decisivo, porque será en las urnas. No podemos olvidar a 87 compatriotas que murieron o fueron asesinados, 97 a quienes les lesionaron los ojos y los desaparecidos. Es el momento de recordar que sufrieron las arbitrariedades por creer que otra Colombia sí es posible, para ellos, para sus familias y para las nuevas generaciones.

Recuerde que en el país se realizaron 15 mil movilizaciones…

Perdón, ¿tantas? No habrá algún equívoco

Ninguno. Retomo el asunto: fueron 15 mil movilizaciones en 800 municipios. Además, por primera vez se lograron articular nuestras protestas con las que se desarrollaron en más de 100 ciudades y capitales de varios países. La solidaridad internacional fue contundente. Compartían nuestra lucha, que es, ha sido y será justa.

Para Francisco Maltés Tello ahora, lo que llama la berraquera del pueblo inconforme, debe reflejarse en un proceso electoral que transformará el Congreso y elegirá un presidente distinto al común de quienes han sido ungidos con el voto de la ciudadanía.

Con la sinceridad que lo caracteriza me mira y, tras soltar una carcajada, me interroga;

–¿Ahora no me diga que está dudando que Petro será presidente? Si no es ahora, no será nunca. Además, el Senado, la Cámara de Representantes y, a futuro, los Concejos y Asambleas, tenemos que renovarlos…

Me quedo pensando y recuerdo las palabras de Eduard Manuel, guarda de seguridad en el conjunto residencial donde resido, y quien, sin saber mucho del ámbito político, desconfía de Iván Duque cada vez que sale con sonrisa de Mona Lisa en los medios de comunicación, para hacer algún anuncio que impacta a los colombianos.

Cada vez que en la televisión salen noticias del presidente reunido con gremios y empresarios, uno piensa sobre el garrotazo que se nos avecina— me dijo esta mañana En esta suspicacia se identifican muchos colombianos.

Al igual que él, espero un cambio. Por las miles de víctimas que regaron con su sangre las calles, cuando salieron a protestar…

NOTA IMPORTANTE: La presente nota es producto de una entrevista, desde el ámbito periodístico, al presidente de la CUT. 


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En el 2022 son 3.6 millones de personas en situación de pobreza, que suman a las que ya ostentan esa condición. En conjunto son 22 millones. De esa cifra, se estima que 17 millones no consumen la tercera comida al día, y que cerca de un millón lo hacen sólo una vez al día.

Por Fernando Alexis Jiménez

Iván Duque fue a París, pero no a visitar la torre Eiffel, los campos Elíseos, el museo de Louvre, ni tampoco a tomarse un cafecito mientras apreciaba el desplazamiento idílico de embarcaciones en el rio Sena. Ya está cansado de esos atractivos luego de poco más de tres años de turismo por el mundo, por cuenta del bolsillo de los parroquianos de a pie. Esta vez fue distinto. Su propósito era rendirle cuentas a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Habló bellezas de la situación de Colombia. Dijo que, pese a la pandemia, la economía creció por encima del 10% y enfatizó que, al terminar su período de gobierno, habrá cumplido con el 80% de los compromisos adquiridos con esa organización, que en términos prácticos es un club social de estrato diez en el que nuestro país, de estrato tres, pretende codearse con los más poderosos del mundo. Visión arribista de quienes detentan el poder entre los colombianos.

Su discurso era tan inverosímil, que uno de sus escoltas intercambió miradas con otro de Europa. Los dos se encogieron de hombros. Pensaban que Duque estaba describiendo una escena de “Alicia en el país de las maravillas”.

De lo que no habló el presidente, fue del crecimiento de la pobreza que hoy azota a los colombianos, como lo ha venido preconizando a diestra y siniestra el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Francisco Maltés Tello.

Las cifras que comparte el dirigente obrero, catedrático universitario y economista de profesión, son demoledoras. En el 2022 son 3.6 millones de personas en situación de pobreza, que suman a las que ya ostentan esa condición. En conjunto son 22 millones. De esa cifra, se estima que 17 millones no consumen la tercera comida al día, y que cerca de un millón lo hacen sólo una vez al día.

Una situación dramática, como en las mejores escenas de “Los juegos del hambre”, de la escritora norteamericana, Suzanne Collins.

Hablar con Maltés Tello, en su céntrica pero modesta oficina en Bogotá, descorre de manera despiadada la cortina de humo que por espacio de varios meses viene tejiendo el gobierno nacional para ofrecerle al mundo una visión irreal de lo que ocurre con los colombianos.

Miremos el caso del desempleo—dice, al tiempo que garabatea sobre su agenda, una serie de cifras que evidencian el crecimiento de este fenómeno social– Se mantiene en dos dígitos, es decir 13.7%. También cabalga a un ritmo enloquecido la informalidad laboral, que superan el 60% de quienes son hoy una población económicamente activa.

Luego habla del índice Gini que mide la distribución del ingreso, o la desigualdad. Según su análisis, se encuentra en 0.54, lo cual muestra una sociedad profundamente desigual.

Nos gustaría que se mostrara la realidad de nuestra nación en los escenarios internacionales—precisa el presidente de la CUT mientras apura el café tinto, infaltable en su escritorio, junto a un arrume de papeles sobre su escritorio.

Viene una pregunta, que no puede pasar por alto en este breve espacio de diálogo:

¿Y la carestía?

Grave el asunto. Carestía e inflación son propiciadas por el gobierno nacional cuando incrementa el precio de la gasolina en más del 10%, y los servicios públicos domiciliarios en más del 11% Eso es mucho—el dirigente de la CUT enarca sus cejas para darle mayor contundencia a sus palabras–: Se estimula la especulación cuando la Superfinanciera autoriza tasas de interés cercanas al 27%, tampoco controla Duque la tasa de devaluación del peso frente al dólar.

Desde su perspectiva, fundamentado en cifras de las que echa mano como todo economista, lo complejo es que el crecimiento económico no se irriga a todos los sectores sociales. “Las cifras hablan por sí solas. Las ganancias se quedan en los bolsillos de los megarricos.”

Al terminar la entrevista y antes de abordar el taxi, me pregunto cómo vive el drama el señor que vende dulces a la vuelta de la esquina.

Tiene casi setenta años. Obviamente no tiene mayores oportunidades y, junto a la pequeña caja donde ofrece sus escasos productos, un bastón. Asumo que no tiene posibilidades de empleo. Y cuando Duque habló ante la OCDE, lo más probable es que no se estaba refiriendo a la realidad que enfrenta a diario este compatriota…

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No es de extrañar que ya tenga comprado el tiquete para Europa. Al fin y al cabo, ella no tiene nada qué perder. Se regresa a su vida de siempre, de lujos y comodidades, una vez haya causado daño en Colombia.

Lo que muchos colombianos guardan en el baúl de los recuerdos, es la imagen de Juan Carlos Lecompte cuando se tatuó en un brazo la efigie de Ingrid Betancur. La amaba. Soñaba repetidamente con verla libre, tras el secuestro de seis años en manos de las FARC. Uno de los “males buscados”, como dicen los abuelos en Colombia. La segunda postal, color sepia, es la sucesión de plantones que protagonizaba con una fotografía de la política. Como buen publicista, Lecompte quería tocar las fibras más sensibles de la ciudadanía, en procura de su solidaridad.

Sin embargo, su gran desilusión vino cuando la liberaron. En el recibimiento, ella eludió un beso y luego, con una contundencia demoledora, mirándolo a los ojos y ante el desconcierto de su esposo, le dijo: “Ya no te quiero”. Sus aspiraciones ahora no se enfocaban en la política, sino en irse a Europa, lejos de las tierras colombianas, de las que quería poner distancia.

Esporádicamente aparecía en noticieros uribistas, como NTN24 para despotricar del Proceso de Paz, al que considera, un paso para “dar impunidad a los violentos”. Ajena totalmente a la realidad del país. Cercana a sus intereses elitistas, los mismos que ahora defiende en todos los escenarios.

La fresa en el helado la puso el 17 enero último cuando oficializó su aspiración de ser Presidente. Asumió el discurso mesiánico como la única alternativa de los electores. Y desde entonces, no deja “títere con cabeza”. A todos los cuestiona. Sólo ella enarbola la bandera de la moral. De lo que no habla es de transparencia, porque ese no es un término que figure en su diccionario.

La también aspirante, pero de izquierda, Francia Márquez, la confrontó. Lo hizo en un debate. Dejó en claro que se trataba de una oportunista.

Yo le diría a Ingrid, que la respeto y todo, que uno no puede venir cada 4 años a hacer política; hay que asumir que nosotros estamos aquí como país y construimos como país, pero las situaciones que usted ha vivido las sigue viviendo mucha gente, todos los días, y es necesario entonces asumir el desafío de lo que a mí me pasó que no le pase a nadie”, le dijo con el desparpajo que caracteriza a la negra, descomplicada y franca. Le “cantó las cuarenta” en la cara e Ingrid, como en la legendaria foto del secuestro, asumió una actitud de víctima.

Ingrid no respeta las reglas del juego, al punto que se desmarcó de la Coalición Centro Esperanza. Una jugada de ajedrecista que ya tenía planeada, sin duda. Y salió de allí criticando a todos. Como la invitada a una comilona que, sin poner nada para el convite, sale después de almorzar criticando el sancocho, el tamaño de la pechuga de la gallina y, además, diciendo que no le permitieron repetir agua de panela.

Su más reciente desacierto, decir que algunas mujeres brindan las condiciones para ser abusadas sexualmente. La hizo, definitivamente. Y cuando vio el tamaño de su metida de pata, ella que siempre culpa a los demás por los equívocos, atribuyó el asunto a un lapsus porque –argumentó—, siempre está pensando en español y en francés.

No es de extrañar que ya tenga comprado el tiquete para Europa. Al fin y al cabo, ella no tiene nada qué perder. Se regresa a su vida de siempre, de lujos y comodidades, una vez haya causado daño en Colombia. Definitivamente, lo que es de esperarse con alguien que sin ser adalid de los principios y valores, ahora se cree la rectora moral de los colombianos…

Blog del autor https://cronicasparalapaz.wordpress.com/


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Desesperado por ganar las elecciones, tanto en las corporaciones públicos como las presidenciales, el mandatario sin legitimidad, Iván Duque Márquez, se dio a la tarea de promover una feria de nombramientos. Son más de 1.400 cargos. Ocurre solo en Colombia.

Por Arlene Tickner, Catedrática Universitaria – Publicado originalmente en El Espectador

Entre los días sin IVA programados “coincidentemente” alrededor de las elecciones legislativas y de la segunda vuelta presidencial, los más de 1.400 nuevos cargos públicos creados antes de la entrada en vigencia de la (truncada) ley de garantías, revelados por Noticias Uno y los más recientes nombramientos hechos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, es difícil no ver un intento vulgar por influenciar los resultados electorales mediante el uso de dineros públicos.

En el caso específico de la Cancillería, la feria de puestos diplomáticos no es atípica, tristemente, sino que constituye un patrón general del clientelismo en Colombia.

Todo presidente, sin distingo personal, ideológico o coyuntural, ha manoseado el servicio exterior para retribuir favores, asegurar lealtades y premiar familiares y amistades. Sin embargo, hay varios matices que distinguen al gobierno de Iván Duque.

Como ocurrió en tantos otros espacios de la gestión gubernamental, en los que primaron el bla, bla, bla y la mentira sobre la concreción de resultados, Duque hizo gala al inicio de su administración de la necesidad de despolitizar y perfeccionar el cuerpo diplomático colombiano.

Para esto, tanto él como su entonces ministro, Carlos Holmes Trujillo prometieron aumentar el porcentaje de embajadores de carrera más allá del mínimo establecido por el decreto 274 de 2000, equivalente a tan solo el 20%, reforzar los requisitos poco exigentes de experiencia para quienes se nombran por discreción presidencial, y reformar la Carrera Diplomática y Consular.

Nada de esto se materializó e incluso, la participación de funcionarios profesionales en cargos directivos se redujo a mínimos históricos.

La ráfaga de asignaciones provisionales realizadas en embajadas y consulados a pocos meses de las elecciones y del cambio de mando ejecutivo es impúdica en términos políticos y fiscales.

Cientos de millones de pesos devaluados deberán invertirse en el traslado e instalación de ida y regreso de tres nuevos embajadores y 17 funcionarios nombrados en otros cargos junto con sus familias, pese a que todos tendrán que renunciar prácticamente al aterrizar en sus destinos. Mención aparte merece la sede en Estados Unidos, en donde son siete los recién favorecidos, probablemente por la obsesión irrealista de Duque de concretar la cita con Biden.

Aunado a lo anterior, la mayoría de los designados en el extranjero y en la planta interna se destaca por una notoria falta de credenciales.

Además del polémico nombramiento de un joven abogado sin experiencia como director general de Protocolo, cargo esencial en el mundo de la diplomacia, quienes ocupan la Academia Diplomática, supuesto centro de formación y de pensamiento, la dirección de Derechos Humanos y la secretaria general brillan por su insuficiencia.

Igualmente, inquietante, como reporta Laura Gil en La Línea del Medio la célebre jefe de gabinete de Duque también ha agarrado funciones internacionales claves, incluyendo el acompañamiento de los viajes presidenciales, socavando el rol de la Cancillería y de sus profesionales de carrera.

Por más que los asuntos internacionales nunca ocuparán el centro del debate público en Colombia, la feria del aparato diplomático no puede seguirse ignorando, sobre todo en una coyuntura nacional tan crítica como la actual en la que la imagen del país y los réditos asociados a ella han sufrido un deterioro palpable. ¿Qué piensan los candidatos presidenciales al respecto?

NOTA IMPORTANTE: El presente artículo compromete solamente al autor ya que no necesariamente interpreta el pensamiento del movimiento sugoviano.


Sugov01/24/2022
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Aunque han pasado varios meses desde que solicitamos renovar el comodato de la sede del Sugov, ha sido imposible. Como el argumento de una telenovela. Definitivamente, increíble.

A Fernando Gaitán, el célebre libretista colombiano, sin duda le hubiera gustado escribir los capítulos de la telenovela –¿o será culebrón mexicano? —en que se ha convertido la renovación del comodato para el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca—SUGOV–.

Primero, debíamos suministrar copia del depósito ante el Ministerio del Trabajo de la Junta Directiva en la que realizamos rotación de cargos. Lo hicimos. Hasta allí, bien.

El segundo capítulo que amalgama sentimientos como la sorpresa, la frustración, la rabia, la desolación, en fin, todo aquello que despierta un novelón, es que ahora, dilatando la decisión, elevarán consulta ante el Consejo Nacional de Patrimonio Histórico.

¿El motivo? Nuestra sede, otorgada en comodato hace muchísimos años, está en el Edificio San Luis. Es un bien público histórico. Entonces desean saber si un sindicato puede funcionar allí. ¡Válgame Dios!

Nos preguntamos si eso mismo ocurre con los diputados o quizá con Fondesarrollo o con la asociación de jubilados del Departamento o, simplemente, es porque se trata del SUGOV. ¡Tan queridos ellos! Detalle de fina coquetería que no nos permite salir de nuestro asombro!

A las otras organizaciones sindicales les han renovado sus comodatos sin problemas, ¿por qué con nosotros está pasando esta situación? ¿Será porque somos una piedra en el zapato para la Administración? ¿Acaso no se está violando el derecho a la equidad?

Ahora, nos gustaría ver las autorizaciones para las modificaciones que le han hecho a la estructura del edificio de San Luis: la fuente de agua, el espacio donde están las sillas para sentarse en la pequeña plazoleta, las imágenes de los diputados muertos en medio del conflicto armado, la recepción y algunas de las oficinas.

Reafirmamos la disposición de irnos a despachar desde la Plazoleta de San Francisco, con un escritorio, una silla, un archivador y una cabina de sonido gigante para denunciar lo que, desde nuestra perspectiva, es una arbitrariedad.

¿Y LAS CABAÑAS DE LADRILLEROS? SE ESTÁN CAYENDO…

Lamentable. Las cabañas de Ladrilleros, en Buenaventura, se están cayendo a pedazos. Y decimos que lamentable, porque nos pertenecen a los empleados. Son de todos. Y también de usted que está meneando la cabeza mientras dice: “No te lo puedo creer.”

Causa grima porque se han deteriorado pese a que hay recursos presupuestados. Y por la magia del birli-birloque, cada año el presupuesto se esfuma o lo trasladan.

Las cabañas las necesitamos para ir con nuestras familias cuando nos encontremos en períodos de vacaciones o un fin de semana. Les invitamos a ver las fotos. Una imagen vale más que mil palabras. 

YA EL PORTAL DEL SUGOV ESTÁ DE NUEVO AL AIRE

Una vez más nos sabotearon el portal del SUGOV https://sugov.co Entendemos que nuestros contenidos, que son de denuncia y no lambiscones (cualquier parecido con algún otro sindicato es mera coincidencia) ni a favor de la Administración, despiertan escozor.

El sábado, después de varias horas de trabajo, se recuperaron la totalidad de las publicaciones y los archivos. No nos van a callar. Quien quiera que sea que está promoviendo estos asaltos informáticos, como dice el filósofo de Vijes: “Taca burro”, es decir, pierde el tiempo.

Y, para terminar, las preguntas fregonas:

… ¿Sabía que desde la Biblioteca Departamental se quejan los empleados porque no tienen servicio funerario?

… ¿Sabía que hay dos compañeras, una de salud y otra que estaba en planeación, que han sido blanco de los ataques de la Administración? Lo último que les recomendaron fue bañarse con riegos de albahaca, ruda y siempreviva, porque se las tienen al rojo

… ¿Sabía que desconocemos porque en una Administración que lidera una mujer, la gobernadora, Clara Luz Roldán, a las mujeres no les ha ido bien?

… ¿Sabía que también estamos viviendo un telenovelón para sacar los permisos sindicales?

… ¿Sabía que a algunas de nuestras cartas les ponen reparos, hasta por lo más mínimo? Ay, bendito, lo que hay que ver y oír…

No se olvide visitar nuestro Portal https://sugov.co antes que el hacker desocupado, sinvergüenza y caradura–como dicen los argentinos–, vuelva a tener la inquietud de sacarlo del aire…


ppotes12/28/2021
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La Ley incluye reformas al Código Penal, al Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, al Código de Extinción de Dominio y a la Regulación de armas, entre otros.

Por Horacio Duque, analista político

El Congreso de Colombia, la Presidencia de la República y el Ministerio de Defensa expidieron una Ley de supuesta seguridad ciudadana que en realidad es un estatuto para establecer una serie de disposiciones e instituciones que remodelan el régimen político para establecer a plenitud una dictadura neonazi que permita aplastar los movimientos sociales y las organizaciones políticas opositoras al Estado oligárquico colombiano e impedir el acceso al poder del Pacto Histórico y su candidato Gustavo Petro.

La Ley incluye reformas al Código Penal, al Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, al Código de Extinción de Dominio y a la Regulación de armas, entre otros. Se trata de un compendio de normas que legalizan prácticas criminales oficiales, neo paramilitares y de particulares. Es un licenciamiento para matar; una aberrante salida fascista del gobierno uribista.

La Ley de seguridad del sub presidente Duque es la repetición de la Ley de los Caballos de la hegemonía conservadora (1886-1930), del régimen chulavita del corporativismo falangista de Laureano Gómez (1950-1954), de la dictadura militar de Rojas Pinilla, del Estado de sitio del Frente Nacional, del Estatuto de seguridad de Turbay Ayala y su sistema de torturas (1978-1982) y de la seguridad democrática uribosantistas (2002-2014), con sus “falsos positivos”, 9 millones de desplazados y las masacres de campesinos.

Es pues la continuidad de la línea de violencia y represión conservadora como elemento estructural del Estado oligárquico colombiano

Esta Ley es una recomposición regresiva y oscurantista del sistema de dominación oligárquico colombiano frente a la potente movilización social registrada en Colombia desde 2019 para exigir la eliminación del modelo neoliberal, la implementación de los acuerdos de paz, la protección de la vida de miles de líderes sociales y excombatientes de las Farc y el fin de las masacres en las que la policía se convirtió en actor central como lo acaba de demostrar varios informes de organismos internacionales de los Derechos Humanos.

La Ley de seguridad de Duque es un esquema neonazi que convierte en delincuencia las protestas sociales y las movilizaciones populares para lo cual tipifica un conjunto de delitos con penas que rayan en la cadena perpetua, establece la plataforma del neo paramilitarismo urbano con la argucia de la “legítima defensa privilegiada” e impone el libre mercado para administrar el régimen carcelario y penitenciario.

Se trata de una Ley de guerra plagada de clasismo y racismo, la cual establece que si una personas es objeto de un atraco en locales comerciales o en vehículos, puede detener el ataque a punta de bala.

Así, con la “novedosa” Ley se da vía libre a la imposición de la pena de muerte para saqueos, atracos y jaladores de vehículos, aceptando que Estado que es incapaz de combatir la delincuencia y la solución que tiene es la de armar a determinados grupos de personajes como lo pudimos observar recientemente con la situación del pistolero caleño Andrés Encobar quien acompañado por la policía y protegido por esta disparo contra los integrantes de la Minga que realizaban sus protestas en la capital del valle del Cauca. Esta Ley se mueve con la idea de que el Estado se apoye en ciertos particulares violentos para supuestamente garantizar la seguridad de las comunidades.

Esta Ley aprobada a las carreras al final de la actual legislatura tiene un propósito político que difícilmente se puede ocultar; todo apunta a golpear la campaña electoral de la Oposición democrática que realiza el Pacto Histórico y su candidato presidencial Gustavo Petro con amplia acogida entre la opinión y muchas posibilidades de acceder a la Presidencia. En Colombia los periodos electorales son los más violentos de su historia, pero esta Ley anuncia un infierno para imponer a plomo y fusil el candidato de la ultraderecha que señale el gran capo del fascismo colombiano (Matarife).

Con la Ley de seguridad desde la Presidencia quieren favorecer los candidatos del Centro democrático y de las otras facciones de la ultraderecha con varias listas al congreso y con pre candidatos presidenciales en las consultas que se adelantaran el 13 de marzo del 2022.

Siendo así es necesario considerar acciones internacionales de denuncia desde la Oposición y procesos de movilización popular que hagan retroceder estas salidas del totalitarismo fascista colombiano.

NOTA IMPORTANTE: El presente artículo fue tomado de portales internacionales de noticias por la actualidad de su contenido y análisis del devenir nacional. Lo que está escrito allí, compromete al autor y no al pensamiento sugoviano.


ppotes12/22/2021
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Ya este presidente se fue así: torpe, mediocre y de espaldas a una generación que en vez de aplaudirlo lo abuchea, se burla de él y le prepara muchos Años Viejos en todo el país para quemarlos como la peor pesadilla que padecieron en este 2021.

Por Raúl Ramírez, periodista.

Cuando Giovanni Jurado, más conocido como Eko, interpeló en el espectáculo que Duque tenía montado en Cali, el rostro de los acólitos del presidente se desencajó.

“Presidente, ¿Usted cuándo va a reconocer a las víctimas del paro? ¿Por qué tiene un proyecto de Ley que reprime con pena de muerte la protesta social? ¿Cómo va a garantizar que las elecciones del 2022 no nos la van a robar?”, interrogó fluidamente el joven que hace ocho meses, con centenares más, protagonizó uno de los estallidos sociales más potentes que se hayan registrado en la ciudad, y que ayer estaba sentado en el auditorio en calidad de recién electo Consejero Municipal de Juventud.

El presidente, el más joven que haya tenido el país, empezó por lo último: comparó el proceso electoral del próximo año con las elecciones realizadas el pasado 5 de diciembre donde se eligieron los Consejeros Municipales de Juventudes; uno de ellos, su interpelador. Es decir, para Duque es tan similar la elección presidencial como las de los CMJ. En ellas se juegan los mismos intereses, el mismo botín, la misma burocracia. ¡Vea pues!

“¿Tú sentiste irregularidades en la que te eligieron? ¿pusiste la demanda? ¿porqué no la pusiste?“, acosaba, preguntaba y se contestaba el presidente, como si no viviera en este país.

Sobre los 48 jóvenes asesinados en Cali, se fue por las ramas: “Aquí no permitimos la violencia contra los manifestantes“, declaró sin aclarar por obra y gracia de quién en la ciudad se cometió ese genocidio, y porqué los civiles y policías que dispararon contra los jóvenes y los indígenas siguen sin ser judicializados y se pasean por campañas electorales de su partido.

Duque alardeaba de su poder en el escenario, sin notar que -antes que a un Estadista- sus respuestas reflejaban la pequeñez de sus ideas y la poca estatura ética y moral de quién arrastrará toda su vida esos crímenes.

Duque creía estarle hablando a un jardín infantil y no a los jóvenes que vivieron en carne propia las consecuencias de sus políticas, jóvenes que vieron caer a su lado a otros muchachos que reclamaban salud, educación, comida y diálogo; y que a cambio recibieron un disparo de fusil.

Ya este presidente se fue así: torpe, mediocre y de espaldas a una generación que en vez de aplaudirlo lo abuchea, se burla de él y le prepara muchos Años Viejos en todo el país para quemarlos como la peor pesadilla que padecieron en este 2021.

En el 2022 estos muchachos tienen la palabra.

 


Álvaro Ruiz11/28/2021
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Desde el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca –SUGOV–, le ofrecemos la posibilidad de obtener su copia en formato de libro electrónico “Mi Voz”, de Álvaro Ruíz Erazo. Muy pronto estará a disposición en edición impresa.

El mayor reto de quien escribe, bien sea que se trate de un autor profesional o aficionado, es tener enfrente una hoja en blanco. Cuando la inspiración fluye en forma de ideas, ese espacio enorme se va llenando de palabras que, mágicamente, lo invaden todo. Como encontrarnos en un enorme bosque donde los árboles reverdecen con hojas nuevas hasta convertirse en gigantes que dan sombra y traen alegría al alma.

Con ese presupuesto, tener a disposición el libro “Mi Voz” del compañero Álvaro Ruiz Erazo,  es algo muy significativo porque, en sus páginas, se compendian muchas de sus vivencias, desde cuando estaba en las aulas universitarias, pasando por su tránsito de ocho años de especialización en Cuba y su devenir en la lucha sindical, en la Gobernación del Valle del Cauca.

Marxista por convicción y formación, Álvaro Ruíz Erazo se dio a la tarea de exponer sus pensamientos de la forma más sencilla posible, de tal manera que sean comprensibles a todos.

Tener su libro, es un privilegio. Por esa razón, desde el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca –SUGOV–, le ofrecemos la posibilidad de obtener su copia en formato de libro electrónico. Muy pronto estará a disposición en edición impresa.

¿Cómo tener acceso al Libro “Mi Voz? Sencillo. Descargue su copia con un simple Clic a continuación>> LIBRO MI VOZ ÁLVARO RUÍZ ERAZO



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