La actitud mezquina del presidente Duque no prevaleció y miles de colombianos recibieron la espada en medio de aplausos, en la emblemática Plaza Bolívar.
La arrogancia le ganó la partida al expresidente Iván Duque. Hizo sentir su posición de poder hasta último momento. Negó el permiso para que la espada de Bolívar, sustraída por el M-19 el 17 de enero de 1974, estuviera en la posesión de Petro. la del 74 fue la primera acción político-militar de la organización. En criterio de Yamel Riaño, uno de sus integrantes, una forma de “reivindicar la lucha del pueblo por la justicia”.
Esa arrogancia de la que hizo alarde en los momentos decisivos del país y que levantó una enorme barrera en lo que puso ser una salida dialogada al Paro Nacional del 2021, fue la que enterró el Uribismo en Colombia.
Porque aún le produce urticaria el que nuestro país emprenda un proceso de cambio, en el marco de un pensamiento progresista, se negó rotundamente a permitir que la espada de Bolívar—el moderno florero de Llorente—fuera expuesta en la Plaza donde se producía la ceremonia de cambio de gobierno.
Lo positivo es que, en adelante, lo más probable es que se institucionalizará porque, si algo debe ponderarse, es que Simón Bolívar fue un revolucionario nacionalista, filosofía que en su momento reivindicó el M-19 y que es, hoy por hoy, el fundamento para los procesos de cambio de algunos países latinoamericanos.
El mensaje lo dejó claro el nuevo presidente, Gustavo Petro:
“Esta espada representa demasiado para nosotros, para nosotras, y quiero que nunca más esté enterrada, quiero que nunca más esté retenida, que solo se envaine —como dijo su propietario, el libertador— cuando haya justicia en este país. Que sea del pueblo: es la espada del pueblo y por eso la queríamos aquí en este momento y en este lugar”.
En esas breves líneas queda claro el por qué Iván Duque puso talanqueras. Era su forma de afrentar el nuevo proceso de transformación social y política que comenzó.
Y, por supuesto, esa actitud mezquina pasará a la historia. Propia de un autócrata como él, que privilegiaba la confrontación sobre el diálogo. No en vano fue el causante de que el Paro Nacional durara dos meses y, en buena medida, que se legitimara esa lucha por el poder—a través de las urnas—que llevaron al poder a Petro.
Creemos oportuno que el Club de Empleados del Departamento informe a los afiliados, la actual situación financiera. Quienes están asociados, tienen derecho a saberlo.
Cuenta la leyenda que le prestaron una biografía de Walt Disney y la leyó vorazmente hasta la madrugada. Cada línea avivó en su mente la llama del emprendimiento. ¡Por supuesto que podía convertir el Club del Departamento en una máquina de hacer plata con los servicios, como tío Rico Mc Pato en los comics! Cuando rayaba el alba, tenía claro el sueño: establecer la Granja de Alejo, nombre que había tenido un negocio similar años antes en Unicentro, y que quebró.
Lo compartió con todos en el desayuno, con una mirada brillante y febril, la misma de Aureliano Buendía cuando le dijo a Úrsula Iguarán, que la tierra era redonda y que, con el catalejo que le vendió Melquíades, el saltimbanqui que de vez en cuando visitaba Macondo, iba a construir una máquina para la guerra, utilizando el reflejo de los rayos del sol.
—Por favor, no lo hagas–, le recomendaron.
—No me vayas a hacer naufragar en las aguas farragosas de la duda y la incertidumbre–, le respondió él, decidido como estaba a establecer esta nueva unidad de negocio, aun cuando debiera conseguir los animales maltrechos que le compró a un finquero de La Vorágine.
La historia no terminó como en los cuentos de hadas: “Y vivieron felices y comieron perdices”. Nada de eso.
El caballito Gardel murió desnutrido. Algunos preguntan por qué le decían Gardel. Hay muchas versiones. La más creíble, es que cada vez que el jumento veía al gerente, solía pensar, como en el tango: “Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser…Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer, si fui flojo, si fui ciego… Ahora cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá...”
El avestruz, murió hace poco, y de la chivita Pachita, se dice que su pronóstico es reservado.
EL CLUB, CADA VEZ MÁS DE CAPA CAÍDA
Pese al clamor de los afiliados, buena parte de ellos afiliados al SUGOV, ha sido imposible que la gobernadora, Clara luz Roldán, escuche razones y cambie al gerente. De hecho, nos envió una carta anunciando que en febrero—no dice de qué año—, se elegirá nueva Junta Directiva y se resolverá el tema del gerente. La enmarcamos, en la certeza de que está llamada a honrar su palabra.
La gente sigue llegando, pero la fluidez económica parece que no. Comprendemos que hay acreencias con los bancos, pero si hay ingresos, las condiciones del Club deben mejorar. Sin embargo, no es así. Nos preocupa. ¿Acaso impactan negativamente el funcionamiento los costos que representa el pago de los Asesores? Hay que echar lápiz.
Entre tanto, siguen los problemas estructurales:
La entrada principal se encuentra en mal estado.
Las aguas servidas, van a parar al río Pance, donde millares de caleños se dan cita diariamente para compartir un paseo de olla.
La tubería que provee agua, se encuentra en mal estado. Hace mucho tiempo que no se reemplaza.
Los alrededores de la piscina, en mal estado.
En años anteriores, anualmente se compraba silletería, elementos de cocina y mantelería—entre otras–. Hoy hay que alquilar.
El gran equívoco del gerente y del personal administrativo, es que cuando hacemos denuncias, les llaman la atención a nuestros compañeros trabajadores. Injusto. Buscan chivos expiatorios. Eso es acoso laboral. Son los propios usuarios quienes nos envían información.
¡INCREÍBLE! EL CLUB MONTÓ SU PROPIA AUTO COMPETENCIA
Queremos creer de buena fe, en que los sueños de Aureliano Buendía son los que alimentan la imaginación del gerente. Pero no podemos explicarnos cómo permitió un negocio de comidas y bebidas, en las propias instalaciones del Club, en terrenos que son de propiedad del Departamento. Eso es tanto como montarse una-competencia.
Alquilan el espacio. ¿Cuánto cobran? ¿Quién lo autorizo? Si es así, ¿A quién consultaron? Antes se llamaba “Caramañola”, ahora no tiene nombre. Pero, lo más grave: para instalar las estructuras de contenedores metálicos, debieron talar árboles frutales en un evento en el que estaba un ambientalista contratado por el Club. ¡Increíble! Tenemos vídeos de la tala, y fotografías de todo cuanto estamos denunciando, por si acaso al gerente se le ocurre volver a enviarnos a la Fiscalía.
Por último, creemos oportuno que el Club de Empleados del Departamento informe a los afiliados, la actual situación financiera. Quienes están asociados, tienen derecho a saberlo.
Para terminar, las preguntas fregonas:
… ¿Sabía que, por fin, después de muchos meses de sudar petróleo, por fin nos renovaron el comodato de la sede del SUGOV?
… ¿Sabía que el argumento para dilatar la suscripción del documento, era que necesitábamos el visto bueno de una entidad estatal, por tratarse de un bien de interés cultural y patrimonio histórico?
… ¿Sabía usted que nos preguntamos si ese mismo documento lo pidió la administración departamental para realizar las modificaciones del área del parqueadero y otrora empleados?
… ¿Sabía que nuestra inquietud se debe a que el Palacio de San Francisco es justamente parte del patrimonio histórico?
… ¿Sabía que la situación es tan compleja, que ni siquiera colocaron la tradicional valla con la autorización de la curaduría urbana y aquella en la que se informa a la ciudadanía, cuánto se invierte en la obra?
… ¿Sabía que, al votar por el aspirante a la Comisión de Empleados, los sugovianos esperamos que apoye a Araly Lucero Zuluaga Yori?
… ¿Sabía que es la primera en el tarjetón y con solo marcar puede ayudarnos a escribir la historia de cambio?
La persecución a una funcionaria de Salud por querer “arreglar la casa”, la decisión de echar de una reunión a un funcionario porque propuso ajustes y correctivos a errores y el llamado de atención a quienes, incluso han trabajado fines de semana para superar un “misterioso” hackeo en la Gobernación, son tres evidencias de la política del garrote que toma fuerza en la Gobernación del Valle del Cauca.
Si hay algo que ha caracterizado a la actual administración, ha sido darle garrote a los empleados y contratistas, así la gobernadora, Clara Luz Roldán González, haya dicho en el marco de la mesa de negociaciones del petitorio, que había generado espacios de comunicación, de escucharnos a todos y de tener puertas abiertas. Los hechos contradicen esas apreciaciones.
Tenemos tres ejemplos que hablan por sí solos. Evidencian un común denominador: No se puede cuestionar absolutamente nada, así tenga fundamento, porque de inmediato viene la reacción, ligada a consecuencias que hacen pensar en una mordaza gigantesca que viene tomando fuerza en el imaginario popular, y de la que no se tenía precedentes.
LA PERSECUCIÓN QUE LLEVÓ A UNA ENFERMEDAD MENTAL
Paula Andrea Largo Peláez, concursó y se ganó en franca lid el cargo de Líder de Programa de la Subsecretaría de Aseguramiento y Desarrollo de Servicios, en la Secretaría de Salud Departamental, desde el 1 de octubre del 2020. Para ser más específicos, se encuentra en la Oficina del Sistema Único de Habilitación. Una profesional con el mejor reconocimiento durante su tránsito en el SENA. Sin embargo, acceder a ese puesto, se convirtió en su calvario, que no termina.
Poner “la casa en orden” desató la inconformidad de muchos. Llamados de atención, hostigamientos, en fin. De hecho, hablamos con la Secretaría de Salud pero, tal como es ella, “diálogo” no es un concepto del que tenga alta apreciación en su diccionario, diferente de “autoritarismo”, que está más ligado a su modelo administrativo. Pese a los soportes y pruebas fehacientes, la funcionaria “le salió a deber”, como dicen los mexicanos.
La situación ha llegado a tal punto, que Paula Andrea Largo Peláez ha tenido varias incapacidades. Su salud mental se ha visto afectada por episodios recurrentes de depresión y ansiedad. Los especialistas remitieron a la Gobernación la recomendación de que sea reubicada. Pero tozudamente, se niegan a hacerlo. A este panorama, se suma la fresa en el helado: la han mandado a Control Disciplinario, todo porque pretende hacer valer sus derechos. ¿Acoso laboral? Sin duda.
Y una perla: Aunque ha estado incapacitada, durante ese tiempo ¡Le asignaron tareas! Y luego, en oficios de los que tenemos copia, le reclamaban por no atenderlas. Incluso, aunque estaba incapacitada, la acusaban de “ausentismo laboral”. ¿Y dónde ocurrió eso? No fue en otra distinta que en la Secretaría de Salud, donde abundan los médicos y la titular del cargo es médica. ¡Santo Dios, esto solo pasa en el Macondo de la Gobernación, donde el realismo mágico se confunde con lo inverosímil!
Pedimos la intervención urgente del DADI, al que hemos remitido dos oficios y ninguno ha tenido respuesta. Por ese motivo y en solidaridad, les invitamos para que en sus redes sociales, hagan comentarios con el hashtag #TrasladenaPaulaAndreadeSalud ¡Vamos a generar una campaña grande, todos unidos, hasta que la trasladen! Con un solo Clic, usted puede ayudarnos.
“AQUÍ NO VENGA A CRITICAR, CARAMBA… SE VA DE LA REUNIÓN”
El filósofo de Vijes solía repetir que “Cuando uno resulta incómodo, lo echan de la fiesta a sombrerazos”. Una forma diplomática para referirse a la grosería de quien protagoniza ese comportamiento. Quizá nos preguntará con asombro, con los ojos agrandados como si fueran ruedas de carretilla: ¿Y eso ocurrió en la Gobernación? Sí, claro que sí. Pero, antes que se vaya de espaldas con el Plop de Condorito, permítanos contarle qué pasó:
Heimer Teodoro Bejarano Sandoval es un ingeniero mecánico, con más cartones que un tugurio. No habla por hablar, porque conoce de varios temas. Está vinculado a la Secretaría de Vivienda y Hábitat. Lo conocemos todos. Le pone humor a las cosas, pero le acompaña un distintivo: no traga entero y dice las cosas de frente, sin pelos en la lengua.
Como está asociado al MIPG en representación de Vivienda, fue a una reunión convocada por la Secretaría General, para tratar temas de riesgos generales. Fue el 25 de julio. Y como en el tema musical que inmortalizó Daniel Santos en el “Lamento borincano”, salió con expectativas y de buena disposición.
Sin embargo, al intervenir junto con otros compañeros, llamando la atención sobre la necesidad de que la Alta Dirección se involucre en estos procesos, se convirtió en el blanco de los ataques del Subdirector técnico de Apoyo a la Gestión de la Secretaría General, Javier Ulloa. Brilló el cobre. No aceptó las recomendaciones para los ajustes y se olvidó de todo cuanto aprendió sobre “mejora continua” y de los postulados básicos del Manual de Carreño. Y literalmente, sacó a Heimer Teodoro Bejarano Sandoval de la reunión. Hay decenas de testigos.
Aquí viene un dato que sólo hasta ahora queríamos resaltar: Heimer es dirigente del SUGOV. ¿Va entendiendo por dónde va el agua al molino? Todo lo que le suene a la administración departamental como sugoviano, le despierta animadversión. Saben que nuestra organización sindical ha sido y seguirá siendo “una piedra en el zapato”.
Desde el SUGOV elevamos nuestra voz de rechazo por este trato que lesiona la dignidad humana y desconoce los derechos mínimos que tiene toda persona a disentir, y pedimos a la Oficina de Control Interno Disciplinario, proceda en consonancia con la gravedad del asunto.
Los hechos en detalle están especificados en la Carta Abierta a la Gobernadora que dirigió el compañero Heimer y que adjuntamos. Sabemos que la curiosidad no permitirá que pasen por alto la denuncia.
¿Y DEL HACKEO A LA GOBERNACIÓN? LOS PLATOS ROTOS LOS PAGARON LOS DE LAS TICS
Vamos con el tercer caso. Todavía no se sabe a ciencia cierta qué pasó con el famoso hackeo a la red de la Gobernación que, dicho de paso, debería ser investigado por la División de Delitos Informáticos de la Fiscalía General de la República. De hecho, creeríamos que ya la Gobernadora hizo la denuncia. De lo contrario, pasará a la historia como uno de los grandes misterios, más grande aún que las Pirámides de Egipto o los dibujos del desierto de Nazca, en el Perú. Un auténtico enigma…
Los compañeros de planta y contratistas de las TICs le han trabajado al asunto, incluso los fines de semana. Sin embargo, en premio a sus esfuerzos, desde el Despacho de la Gobernadora, les hicieron el blower, con laca y sin anestesia. Pagaron los platos rotos por la imprevisión de la administración departamental.
Nos preguntamos: ¿Todo lo anterior es la llamada política de diálogo de la que se ufanó la gobernadora, Clara Luz, en la mesa de negociación con los empleados? Más bien parece, la política del garrote y la zanahoria, de ingrata recordación en muchos escenarios.
Resulta sorprendente la forma como algunos de los inmediatos colaboradores de Gustavo Petro, libran batallas intestinas con otros miembros del Pacto Histórico. Equívoco en sus actuaciones.
Por Fernando Alexis Jiménez
Resulta lamentable el canibalismo entre quienes secundan al hoy presidente electo, Gustavo Petro. Y, por supuesto, motivo de hilaridad y gozo en las toldas de la derecha, indistintamente de cuál sea su origen partidista. Basta con imaginar a María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, tomando un refrigerio en el Café El Aquelarre, mientras comentan el asunto. “Véalos. Querían llegar al poder y, ahora que lo tienen, se están volviendo trizas. ¡Valiente cambio el que nos espera!”
Me refiero específicamente a las posiciones contradictorias del escritor, Gustavo Bolívar, del otrora sindicalista, Alexander López, de algunos dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), entre otros, y de la posición pasiva y pareciera condescendiente de la Vicepresidenta, Francia Márquez.
El enfrentamiento por cuenta de Roy Barreras ha ido escalando. Antes que aclimatarse y permitir que cada uno cumpla su rol, los odios se avivan y pareciera que ahora hay dos bandos: los buenos, es decir, los puristas, y aquellos que provienen de otras vertientes de pensamiento político, a quienes se considera los malos.
Un primer paso, el más acertado, fue el Pacto Nacional que promueve Petro. Está en consonancia con el “gran sancocho” que le proponía el comandante Jaime Báteman Cayón al país y del que mostró sus primeros trazos en la entrevista concedida al periodista, Juan Guillermo Ríos. Una tesis llevada a la praxis que genera tranquilidad en la medida en que escucharnos, sirva para desarmar los temores de que Colombia se encamine hacia un gobierno totalitario.
Los enfrentamientos por el Congreso llevan a rememorar los zambapalos que tanto criticamos desde la izquierda y que eran promovidos por los exponentes de la derecha. Pero una vez en el poder, se repite el mismo escenario con diferentes protagonistas, con la diferencia de que ahora los mensajes desligitimadores a los propios compañeros de lucha, están rodeados por un lenguaje intelectual. Es decir, garrotazos de ida y vuelta con un toque gourmet.
Lo lamentable es que aún estamos a semanas de la posesión de Gustavo Petro como presidente y el mensaje que se les envía a los colombianos es altamente desalentador. Incluso, podríamos señalar que genera incertidumbre acerca de lo que viene en los próximos cuatro años de gobierno.
Si un técnico es propuesto desde la dirección petrista para un futuro cargo, no faltan quienes, habiéndose identificado con la izquierda, salen a criticarlo. La típica falta del desconocimiento de quienes tiran línea y los que avanzan en su cumplimiento, que no es algo nuevo y, por el contrario, primó en las filas guerrilleras. Quienes vivieron esa experiencia recuerdan cuando venía una orden superior e, inmediatamente, salían al paso los de siempre, dispuestos a cuestionarla y, a su manera, sabotearla.
¿Y qué decir de la CUT? Sorprendente y lamentable. Algunos de sus líderes han volcado sus baterías contra Francisco Maltés Tello. Ya era suficiente con que la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC)—con sus posiciones gobiernistas que le son legendarias– saliera con la perla de que traicionó el Paro Nacional del 2021, para que sus propios compañeros pongan talanqueras a la propuesta que se hizo en su momento, de que Maltés Tello ocupara el Ministerio del Trabajo. Y siguen con el mismo discurso: que la CUT no es partido político, pero desestimando que, como central obrera, debe asumir una posición política.
Es fácil hoy hablar de traición al Paro Nacional, cuando no fueron ellos—los de la UTC— quienes le dieron la cara al devenir del estallido social, el más grande en la historia de Colombia. Maltés Tello fue quien, desde su perspectiva progresista y sin distanciarse de la realidad nacional, ayudó a conducir el conflicto y encontrar salidas, en momentos en que el peor presidente de Latinoamérica, Iván Duque Márquez, quería acabar con las movilizaciones bajo la premisa de la tierra arrasada.
Así las cosas, el canibalismo promovido por algunos seudo izquierdistas, no hace más que poner tropiezo a un proceso de transformación en los esquemas de poder. Le hacen un flaco favor a quienes depositaron su confianza en Gustavo Petro y, de paso, deslegitima ante la opinión pública, a quienes por años–soportando persecuciones, encarcelamientos y hasta atentados–, han creído en una Colombia nueva…
NOTA IMPORTANTE: Los planteamientos esbozados en este artículo comprometen únicamente a su autor porque, aunque es dirigentes sugoviano, sus apreciaciones no necesariamente interpretan el pensamiento del Sindicato SUGOV
Desde el movimiento sugoviano nos unimos a la alerta y, además de la solidaridad con los compañeros de la ERT, anunciamos nuestro decidido apoyo para evitar que se privatice la empresa.
Primero fueron las acciones del Departamento en la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura S.A que se feriaron al mejor postor, se acabó con las Granjas de la Secretaría de Agricultura, se orquestó la avanzada para liquidar Recreavalle y dejar sin trabajo al personal de planta hace poco menos de veinte años, lo que hoy ocurre con el Club de Empleados del Departamento sumido en una profunda crisis, y ahora la fresa en el helado: los pasos agigantados para la privatización de la Empresa Regional de Telecomunicaciones (ERT).
Progresivamente los gobiernos de turno han ido socavando y dejado en manos de los empresarios el patrimonio de los vallecaucanos, patrimonio que debemos salir a defender. En este caso hay un agravante: tal como van las cosas, dejarían en la calle a cerca de noventa empleados y trabajadores que han invertido más de veinte años de su vida en la empresa.
Es la indolencia en su máxima expresión. Y vamos a explicar las razones…
UN POCO DE HISTORIA SOBRE LA ERT
La ERT nació como alternativa para ofertar soluciones tecnológicas en los municipios y las ciudades intermedias. La administración departamental de aquella época veía en ese nicho del mercado, la oportunidad de posicionar un servicio con creciente demanda. ¡El problema es que se quedaron rezagados en el campo tecnológico, a diferencia de la ETB, EPM y Emcali, las tres de origen estatal!
¿Por qué motivo? Porque a las administraciones sólo les interesaba la ERT como fortín político. Nada nuevo, porque esa ha sido la mentalidad de quienes no piensan en los vallecaucanos, sino en el fortalecimiento de su maquinaria partidista.
De estatal, pasó a ser una sociedad mixta en la que la composición accionaria es la siguiente: el 51% es de la Gobernación del Valle del Cauca, el 45% de Emcali y el 4% de los municipios. Así quedó definido durante la administración de Juan Carlos Abadía.
De las cien personas vinculadas, 86 pertenecen a SintraERT y, a lo largo del tiempo, los compañeros han defendido la empresa, insistimos, patrimonio vallecaucano.
CAMINO A LA PRIVATIZACIÓN
El gerente de la ERT, Edwin López Bouzas, quien estuvo vinculado a la gerencia de telecomunicaciones de Emcali, acaba de presentar una propuesta de tres puntos que cambiarán el curso de la historia de la empresa.
Escindir el componente de telecomunicaciones y entregarlo a Emcali.
Enfocarse en atender la demanda interadministrativa, es decir, de las entidades que quieran contratar con lo que quede de la ERT.
Sentar las bases para que el resto de la empresa se desagregue con un modelo de outsourcing.
En el papel suena bonito, pero es grave. Se echaría por la borda una empresa que puede ser competitiva y que es hoy la que atiende once municipios a los cuales no quieren ir otros operadores.
Preocupa que el presidente de la Junta, Henry Posada—cercano a la gobernadora—al igual que otros miembros, no hayan salido al paso y, lo más probable, es que apoyen decididamente este proceso que le da el puntillazo final a esta empresa semi estatal.
Los diputados que también leen nuestros comunicados, están llamados a intervenir. Su papel hoy, como garantes de que la ERT salga adelante, lo reconocerá la historia, y quedará en la memoria de la generación presente y de las futuras, entre ellos los hijos de los trabajadores que podrían quedar en el asfalto.
LOS TRABAJADORES, A LA CALLE
Si lo permite, la gobernadora, Clara Luz Roldán pasará a la historia junto con Juan Fernando Bonilla Otoya, con el deshonroso distintivo de no haber defendido las empresas estatales que son por naturaleza, de todo el pueblo vallecaucano.
De la mano con esa decisión, cien personas quedarán en la calle y con una situación tan crítica como es el desempleo que azota a nuestra región, condenados literalmente a engrosar las estadísticas de miseria que han ido creciendo en los últimos ocho años.
UNA EMPRESA VIABLE
Si bien es cierto la competencia desleal y despiadada de los operadores del campo de las telecomunicaciones toma fuerza inusitada, la ERT es viable. De hecho, el gerente contrató con Infivalle un crédito de $2.500 millones, de los cuales solo ha invertido $600 millones en la modernización.
En palabras del filósofo de Vijes: “Ni raja ni presta el hacha”. Comprensible su perspectiva que favorece los intereses del capital privado, porque él sí conoce sobre la filigrana de las andanadas de privatización, como cuando se dio la crisis de Emcali-Telecomunicaciones.
Un primer piloto de actualización para pasar de redes de cobre a fibra óptica se realizó en el barrio Alto Bonita, de Buga, pero hasta allí llegó la gasolina. Como en el caso del Club de Empleados del Departamento creemos que, si un gerente no le pone el “pecho a la brisa”, debe dar un paso al costado y que sean otros quienes asuman este desafío.
Desde el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca—SUGOV—expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores de la ERT y con los compañeros del Sindicato, a quienes apoyaremos.
En esa dirección consideramos urgente que la organización sindical sea escuchada por la Gobernadora con el fin de que expongan –con un juicioso análisis financiero–, los posibles mecanismos para salvar este patrimonio de todos.
Llamamos desde el movimiento sugoviano a los empleados de la Gobernación del Valle del Cauca a solidarizarse con los compañeros trabajadores a las puertas de ser despedidos y a cerrar filas para evitar la privatización de un activo que le pertenece a la región.
Y, para terminar, preguntas fregonas…
… ¿Sabía que este es el momento oportuno para que los diputados hagan algo valioso para salvar a la ERT?
… ¿Sabía que, al hacerlo, salvarán no solo una empresa, sino que evitarán que decenas de trabajadores queden en la calle?
… ¿Sabía que no podemos ser indolentes ante la situación que enfrenta la ERT?
… ¿Sabía que Araly Lucero Zuluaga Yoryes la candidata del SUGOV ante la comisión de personal?
… ¿Sabía que es una compañera con formación en ingeniería y derecho y cuenta con especializaciones en diferentes saberes administrativos?
… ¿Sabía que, con ella, creemos que haremos una aportación significativa a la defensa de los derechos de carrera administrativa?
Las negociaciones con la administración de la gobernadora, Clara Luz Roldán, han avanzado con lentitud. Las reivindicaciones para los trabajadores son mínimas por que las tres palaberas preferidas de los representantes de la mandatario son: “No se puede”.
Si anidaba la esperanza de que al llegar el fin de mes podría echar en el carrito de compras una librita de queso, un pote pequeño de mantequilla, un kilo de carne porque hace rato no la ve en la mesa y se está olvidando a qué sabe, o tal vez irse a cine con la familia, esperanzado en el ajuste salarial, le animamos para que se baje de la nube.
¿Y ahora qué pasó? Que todavía no se ha discutido el tema en la mesa de negociaciones del pliego petitorio. Que mañana, que pasado, que si no tiembla, que si Putin y Zelensky llegan a un acuerdo, etcétera, siempre hay una nueva dilación. Los empleados estamos pidiendo el 7.26% del Decreto Nacional, más cinco puntos.
No obstante, se nos ha dicho que el Departamento Administrativo de las Finanzas Públicas le presentó varios escenarios a la gobernadora. Y ella propondrá una cifra—no impondrá, porque entonces no sería concertación–.
El asunto es que, en los pasillos de nuestro Macondo parroquial, se insiste en que la propuesta “sorprendente” será un 8%. Tal fuerza ha tomado la versión, que hasta los prestamistas gota-gota se alejaron argumentando que “esta pobre gente no tendrá para pagar”.
Un ocho o hasta un nueve por ciento sería condenarnos de nuevo a ser esclavos de la precariedad ante la escalada alcista que tiene cabalgando la inflación por las nubes. ¡Esto no aguanta más! Cuando abrimos la nevera, lo que encontramos es a un ratón con cara de aburrimiento. ¡Está vacía!
Si la economía va bien para el Departamento, lo más justo es que el incremento salarial esté en consonancia con esa muy buena línea de recaudo.
Nos prometieron que la próxima semana la gobernadora, Clara Luz Roldán, se reunirá con los sindicalistas. Les informaremos oportunamente. Mover el salario depende de que absolutamente todos le metamos el hombro al asunto. Es urgente hacer un frente común. Si nos quedamos quietos, tocará conformarnos con un ajuste irrisorio y seguir sobreviviendo hasta el fin de mes.
¿Y LOS QUE SE VOLARON DEL TECHO?
A partir del 2000 se fijaron unos techos o escalas de salarios que golpean principalmente a los técnicos y unos pocos compañeros del nivel asistencial. La normatividad establece que, si usted está vinculado desde antes de esa fecha, es decir, el 2000, no podrán someterlo a lo que decrete el gobierno nacional, sino cubierto de lo que se negocie en la Gobernación.
Por más de tres años, se le dejó de pagar a los compañeros el ajuste porque un asesor jurídico contratado por la administración, decía que era ilegal.
Afortunadamente invirtió unos pesitos para suscribirse a Legis y al periódico Ámbito Jurídico, y ahora sí tiene claro el panorama. Ayer públicamente reconoció, en la mesa de negociación, que los compañeros vinculados antes del 2000 tienen derechos adquiridos. ¡Bendito Dios, este hombre sí que nos va a sacar canas! El tiempo y la ley le dieron la razón al SUGOVen su lucha.
Al asesor jurídico y al gabinete que está en la negociación, le recordamos que también el pago de la totalidad de las incapacidades se pactó desde el 2014 y dejar de pagarlas es ilegal.
¿Y DEL CLUB DEL DEPARTAMENTO?
Se acordó que quince días después de terminada la negociación del pliego petitorio se realizará una reunión para analizar la situación del Club de Empleados del Departamento, hoy en crisis económica, así como la elección de nueva junta directiva. En este orden de ideas, desde el SUGOV que ha librado esta batalla, recogemos el clamor de los afiliados porque se cambie inmediatamente al gerente.
Desde el movimiento sugoviano no hablamos por hablar. Cuando decimos algo es porque tenemos documentos, fotografías o testimonios de personas. En ese orden de ideas y para que tenga una idea de cómo está el Club, adjuntamos unas fotos de los animalitos que se compraron, dizque para establecer una granja similar a la de Panaca. Por favor, mírelas. Se sorprenderá. Hablan por sí solas. Los caballitos están más flacos que el jumento en el que se movilizaba el Quijote de la Mancha.
POR FIN PARECE QUE RECUPERARÁN LAS CABAÑAS DE JUANCHACO
Después de mucha carraca, el SUGOV fue atendido en su reclamación. También se invertirán recursos en la recuperación de las cabañas de Juanchaco, que son nuestras, patrimonio de los empleados y de todos, para irnos con la familia a disfrutar del sol y de las playas.
Por supuesto, no descansaremos hasta no saber cuánto dinero apropiarán para recuperar esas construcciones que hoy se están cayendo a pedazos, como oportunamente lo denunciamos desde nuestro Portal, con fotografías. Da grima.
Y para terminar, las preguntas fregonas…
… ¿Sabía usted que recorrimos varios municipios con la avanzada sindical “Por la dignidad vallecaucana?
… ¿Sabía usted que la gente estaba encantada con las vallas móviles del SUGOV, los pendones que colocamos en los puentes elevados y los adhesivos gigantes como medio de denuncia de lo que está pasando en el Valle del Cauca?
… ¿Sabía usted que estuvimos en Yumbo, Candelaria, Pradera, Palmira, Guacarí, El Cerrito y Ginebra y que ahora seguirán los municipios del centro del Valle?
… ¿Sabía usted que el día del temblor, el 12 de mayo, no sonaron las alarmas ni en el Palacio de San Francisco, ni en la Beneficencia del Valle ni en el Edificio de la Lotería?
… ¿Sabía usted que en el tercer piso del Palacio de San Francisco un miembro del nivel directivo gritaba a todo pulmón: “No evacúen el edificio que todavía no hay orden”, a pesar de que las paredes estaban cimbrando? ¡Ay, bendito…! Esto solo ocurre en nuestro Macondo…
… ¿Sabía usted que quedó en el aire la sensación de que se perdió la platica de los simulacros?
… A propósito de plata… ¿Sabe usted cuánto invierte la administración departamental en las páginas full color que publica con publicidad en diario El País?
… ¿Sabía usted que los compañeros de la Secretaría de Agricultura se quejan de que no les están pagando viáticos y que un “genio” de esa dependencia propuso que llevaran lonchera y viajaran en Transcuchipay o en las chivas, para ahorrarse unos pesitos, es decir, poniendo de su propio bolsillo para cumplir con los compromisos de la administración?
… ¿Sabía usted que en el marco de la negociación del pliego petitorio de los empleados, el asesor jurídico contratado por la Gobernación salió con la perla de que algunos aspectos abordados en una sesión, se incluyeran bajo la modalidad de “extra acta”?
… ¿Sabía usted que Pepe Cortisona, quién estudió Derecho por correspondencia, preguntó en dónde aprendió este personaje sobre esas “figuras jurídicas”?
… ¿Sabía usted que las mascoticas del Club de Empleados del Departamento se encuentran en tan mal estado que, si la Sociedad Protectora de Animales los ve, pide el cierre del establecimiento?
… ¿Sabía que las fotos nos las envió un usuario y casi lloraba al decirnos que no era justo tener los animalitos en ese estado?
En la zona sur del Valle del Cauca encontramos eco entre la ciudadanía. Ya emprendimos las actividades en el centro del Departamento.
Los municipios de Ginebra, Guacarí, El Cerrito, Palmira, Candelaria, Pradera, Florida, Yumbo, Jamundí y las principales vías de Cali, fueron impactadas por la Avanzada Sindical “Por la dignidad vallecaucana”, desarrollada por el Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca–SUGOV–.
El propósito de esta actividad que pronto comenzará en los municipios del centro del Departamento y en la última semana de mayo concluirá en el norte de la región, pone de manifiesto que la administración departamental que lidera, Clara Luz Roldán González, prometió, pero no le ha cumplido a los vallecaucanos.
Las denuncias han quedado consignadas en vallas móviles, una buena cantidad de pasacalles fijados en vías y puentes de amplio tráfico vehicular, así como adhesivos que se colocaron en puntos estratégicos, visibles a todos.
La respuesta de la ciudadanía ha sido sorprendente y rebasa nuestras expectativas. Las personas se identifican con nuestras denuncias Hay muchas expectativas de obras que se anunciaron, pero no se ejecutaron.
Si desea leer más sobre las denuncias del movimiento sugoviano, haga Clic a continuación>> https://bit.ly/3yLqHkc
¿Sabía que algunos de los murales pintados por el SUGOV para denunciar, fueron vandalizados. Lea la nota completa aquí>> https://cutt.ly/IHWxtaQ
¿Sabía que la gobernadora, Clara Luz Roldán quiso entablar un diálogo con el SUGOV y definitivamente dijimos que, ¿por el momento no? Conozca por qué razones no nos reunimos>> https://bit.ly/3MljjQi
Los caleños y vallecaucanos han respondido con entusiasmo a la campaña de denuncia emprendida por el Sugov bajo el nombre de Avanzada Sindical “Por la dignidad vallecaucana”. Algunos hasta se han tomado fotos junto a las vallas móviles.
El Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca—SUGOV—avanza en su Acción Sindical “Por la dignidad vallecaucana”, que inició con la elaboración de cuatro murales de denuncia en los puntos cardinales de Cali.
Dos de los cuatro espacios en los que habíamos pintado enormes grafitis exponiendo el incumplimiento de la actual administración a las promesas que formuló y en las que creyeron sinnúmero de personas, fueron vandalizados.
La valla móvil que comenzó su recorrido de una semana en Cali y proseguirá en los municipios.
Pero como bien lo anota la serie de televisión cubana “En silencio ha tenido que ser”, estrenada en 1979, las palabras no pueden ser acalladas. Por eso seguimos en las calles con pendones gigantescos y adhesivos que aparecen en lugares transitados.
Y para mayor visibilidad, las vallas móviles que recorren inicialmente las calles de la Sultana del Valle y, en una semana, los municipios. ¡Nada podrá detenernos!
¿Qué estamos denunciando? Varias cosas: la arremetida contra uno de los patrimonios públicos como lo es el Ecoparque de Pance, en proceso de privatización, el debilitamiento del Club de Empleados del Departamento—hoy a las puertas de la quiebra–, el incumplimiento sistemático de los acuerdos laborales pactados con los empleados y, algo todavía más insólito: la afectación a los contratistas de la Gobernación a quienes hace tres años no se les ajustan sus honorarios.
Todo esto sumado a que hay obras que están literalmente estancadas, como el puente de Juanchito o el retraso de la vía a Candelaria. Podríamos enumerar más, pero aquí cabe mostrar las gráficas que evidencian la forma como avanzamos en nuestro proceso de denuncia. ¡Callarnos, jamás… Avanzar, siempre!
En los siguientes registros gráficos, los pasacalles fijados en Cali y los municipios…
El carro con la valla móvil… Curiosamente, algunas personas se han tomado fotos junto a la imagen… Se identifican con nuestras denuncias…
Y estos son los adhesivos gigantes que se están colocando en lugares visibles y de amplio tránsito de personas…
Las mágicas selvas del departamento de Chocó se convirtieron en la peor trampa para una columna guerrillera que desembarcó allí proveniente de la isla de Cuba en marzo de 1981. Esa aventura concluyó con la desaparición a manos del Ejército Nacional de 35 de sus integrantes. El escritor Darío Villamizar recuperó esa historia.
Publicado originalmente en el Portal Verdad Abierta
El 6 de febrero de 1981 un grupo de 40 guerrilleros del Movimiento 19 Abril (M-19) llegó a las playas de la Ensenada de Utría en la zona media del departamento de Chocó. Venían de recibir instrucción militar y política en Cuba, y se aprestaban a iniciar una larga caminata entre la manigua para alcanzar las estribaciones de la cordillera Occidental, en límites con Antioquia y Risaralda.
Ninguno de los que viajó desde la isla del Caribe conocía con detalle la región. Eso sí, los animaba el espíritu insurgente, “las ganas de echar pa’lante” y buscar a través de las armas un camino para un mejor país, estimulados por el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua. Pero eso no sería suficiente.
Entre ese grupo de combatientes del M-19 venía Carmenza Cardona Londoño, más conocida en el país como ‘La Chiqui’, una mediática guerrillera que condujo las negociaciones con el gobierno del entonces presidente Julio Cesar Turbay Ayala (1978-1982) luego de la toma de ese grupo subversivo a la Embajada de República Dominicana en Bogotá el 27 de febrero de 1980 para canjear a los diplomáticos por presos políticos.
Darío Villamizar, escritor y ex militante del M-19, autor de un episodio desconocido del M-19 en el Chocó
Tras unas prolongadas negociaciones, que concluyeron el 27 de abril de ese año, el comando del M-19 entregó a los funcionarios y, a cambio, los guerrilleros fueron enviados a Cuba. Varios de ellos regresarían un año después al país, armados y preparados para continuar la guerra, pero se enfrentaron a la selva chocona, las comunidades indígenas y a las tropas del Ejército. Entre todos ellos doblegaron, sin misericordia, el espíritu insurgente tres meses después de aquel desembarco.
La tragedia se avizoró desde el segundo día del desembarco: “En estos momentos comenzaron a perfilarse los errores que se cometieron en la organización de este trabajo. No había comida, ni siquiera sal, no había plásticos suficientes ni medicamentos, no existió un campamento apropiado ni caminos ni información de la zona”, escribió luego Ventura Díaz, uno de los guerrilleros inmerso en aquella aventura y quien sobrevivió a aquella singular marcha, junto con otro de sus compañeros.
Ese profundo drama contrastó con las nuevas percepciones de la situación del país que con juicio consignaba ‘La Chiqui’ en su diario a medida que avanzaban en la cerrada manigua chocoana. El 18 de abril, sábado, escribió: “Yo veo ya lejos la camioneta donde hice la negociación, la concepción de la guerra ha variado mucho en este año, no es con diálogos que ganaremos la guerra, es al calor de las balas y hombro a hombro con el pueblo”.
Pero los cambios también estaban del lado del gobierno nacional y de sus Fuerzas Armadas, que se habían modernizado, eran más eficaces y no escatimaban recursos ni las frenaban las normas del respeto a los derechos humanos para combatir la insurgencia, como lo hizo en la selva chocoana.
Esa tragedia aún continúa para las familias de los insurgentes, pues 35 de ellos, ‘La Chiqui’ incluida, continúan desaparecidos luego de ejecutada la Operación Córdova por tropas de la VIII Brigada del Ejército. De hecho, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), creada bajo el Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla de las Farc, dispuso desde 2019 un plan de búsqueda de los restos de esos excombatientes, sin que se conozcan públicamente resultado alguno.
Entrega de armas por parte del M-19, en una etapa en que le creó a los gestos de paz del gobierno nacional. En la gráfica el comandante Carlos Pizarro Leóngomez – Foto Revista Semana
De lo ocurrido en la manigua chocoana se ocupa el nuevo libro de Darío Villamizar, escritor y exintegrante del M-19, titulado “Crónica de una guerrilla perdida: la historia inédita de la columna del M-19 que desapareció en la selva del Chochó” (Penguin Random House Grupo Editorial, 2022), que fue presentado el pasado viernes en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO).
VerdadAbierta.com abordó a Villamizar un día antes de su presentación en la FILBO para hablar de las sensaciones que le ha dejado rastrear y escribir estos sucesos, así como de sus principales protagonistas y sus consecuencias. Advirtió que “es una historia triste, de muerte, de desapariciones”.
La guerrilla del M-19, de naturaleza principalmente urbana, tuvo una gran acogida entre la juventud. En el centro de la fotografía la legendaria guerrillera “La Chiqui”.
Revisión de los hechos
VerdadAbierta.com (VA): Las historias de la insurgencia armada están muy desvalorizadas en el país y en buena parte de América Latina. ¿Por qué arriesgarse con una crónica sobre hechos ocurridos hace cuatro décadas?
Darío Villamizar (DV): Tienes razón, estos no son temas de todos los días ni de todas las horas, son temas que han ido pasando un poco. Yo me lo explico en la medida que el conflicto político armado ha ido decreciendo, ya no hay la intensidad de los años ochenta; sin embargo, éstas siguen siendo historias desconocidas.
Fíjate que esta crónica lo que cuenta es eso: una historia que ocurrió hace mucho tiempo, pero de la cual se sabe poco; incluso, quienes hacíamos parte del M-19 no conocíamos esa historia. Teníamos unas referencias muy generales, de qué mandos o de qué personas habían muerto ahí o estaban desaparecidas, cuál era la intención general de esa operación, pero no teníamos el detalle que, finalmente, se pudo consignar en el libro.
Yo creo que esa es una de las razones fundamentales: dar a conocer estas historias, que no se pierdan y, sobre todo, historias de personas como ‘La Chiqui’, que fue una mujer emblemática para la guerrilla en Colombia y que muy poco se supo de su final. Ella misma nos deja ver en el diario que escribió cómo fueron esas tristes semanas de 1981.
VA: ¿La información en el M-19 era tan compartimentada que ese suceso no fue revelado en su momento en la organización?
DV: La información se conoció, básicamente, por la prensa, pero la información era compartimentada; además de eso, se sucedían acciones tras acciones, entonces casi que de inmediato vino una acción muy grande, la del Karina, el barco que quiso entrar por el Pacífico y que fue hundido por la Armada. Esa fue una operación que ocurrió dos meses después de los sucesos del Chocó.
Entonces una operación iba opacando otra operación, y no eran muchos los espacios para discutir esto que estaba ocurriendo. Por decirte que la siguiente reunión grande después de estos sucesos fue en 1982. Antes no hubo otros momentos para discutir, para pensar, para analizar qué era lo que estaba ocurriendo.
Al caribeño, Jaime Báteman Cayón, se atribuye el ser uno de los fundadores de la guerrilla urbana del M-19, inspirada en la legendaria insurgencia de los tupamaros.
VA: A través de la tragedia que vive la columna de guerrilleros que desembarcó en las playas choconas, se percibe una dirigencia desconectada de la realidad de los territorios, de las comunidades. ¿Es así?
DV: Hubo una sobrevaloración de la fuerza. Pretender que 40 combatientes atraviesen esa selva profunda como es el Chocó en unas condiciones de mínimos o casi nulos apoyos de comunidades era un despropósito por decir lo menos. Creo que no hubo un estudio previo de las condiciones políticas, económicas y sociales de la región. Y no se contó con unos apoyos suficientes para hacer esa travesía.
Listado de desembarcados en la Ensenada de Utría
VA: ¿Podemos concluir entonces que fue una operación improvisada?
DA: Yo creo que ahí sí hay improvisación y aparte de eso también creo que hay mucho voluntarismo, mucho afán de hacer las cosas. En alguna parte del libro digo que la época era casi una consigna de dos palabras: “Hágale, compañero”. Y significaba seguir para adelante, pese a las dificultades y a las contingencias que se estaban presentando, para lograr los propósitos que se tenían.
Todo eso se sintetiza en una palabra, voluntarismo, que fue un elemento que dominó por un largo tiempo el accionar del M-19.
En esta camioneta van se realizaron por más de cincuenta días, las negociaciones entre el gobierno nacional y el M1-9 en cabeza de la legendaria “Chiqui”, cuyo nombre real era Carmenza Cardona Londoño.
VA: En un aparte del libro, uno de los guerrilleros que desertó de aquella operación calificó al M-19 de oportunista, inmediatista, socialdemócrata y aventurero. ¿Está de acuerdo con esa descripción?
DV: Yo no la comparto. Tal vez lo único que compartiría de esa afirmación, de esas cuatro categorías, digámoslo así, es la de socialdemócrata porque el M-19, a partir de 1980, empieza a identificarse con esa corriente política que tenía muchísima fuerza en ese momento en el mundo.
Pero las otras no lo comparto. Por supuesto que hubo momentos de improvisación, de falta de planeación, de excesiva confianza en la propia fuerza, pero de ahí de catalogar a la organización y a la dirigencia como oportunista es un concepto que no comparto.
VA: En algunos apartes de su libro se perciben algunas acciones del M-19 como ingenuas. ¿Considera que el M-19 fue una guerrilla ingenua?
DV: Si, puede ser ingenuidad. Yo creo que esa excesiva confianza en la propia fuerza tiene un trasfondo de ingenuidad. Creo que desconocer los avances los avances que tenía la Fuerza Pública también es un poco de ingenuidad.
Pero también tenemos que partir de una realidad muy concreta y es que estábamos viviendo bajo el Estatuto de Seguridad, un periodo muy complejo para el país, donde el respeto a los derechos humanos fue mínimo; qué no decir del respeto a los combatientes. No había una situación favorable para actuar de otra manera.
Te aceptaría lo de la ingenuidad, pero dentro de esas categorizaciones. Pero no era una ingenuidad que buscara perjudicar a la organización. La palabra oportunismo si creo que tiene mucho de eso, satisfacer un interés personal o grupista.
Una escena dolorosa para Colombia: el gobierno se negó a entrar en diálogo con la guerrilla del M-19 y prefirió sacrificar la vida de decenas de civiles.
VA: Una vez concluida su crónica, ¿cambió en algo su percepción sobre Jaime Bateman, el máximo dirigente del M-19 en aquellos años?
DV: Yo creo que él pudo haber hecho más en ese momento, pudo haber profundizado una reflexión, pudo haber analizado y haber avanzado en una autocrítica. Claro, decir esto más de 40 años después es muy sencillo, pero creo que sí era necesario que el M-19 hubiera ordenado muchos más espacios de mayor discusión y deliberación.
Ahora había una situación que también dificultada todo. La organización estaba estructuralmente incompleta. La cabeza la había prácticamente arrancado. Todos los miembros del Comando Superior y muchos de la Dirección Nacional estaban presos. Y habían pasado por detenciones arbitrarias, por la tortura. El único del Comando Superior que estaba libre era Jaime Bateman, quien estaba dirigiendo una organización en condiciones bastante precarias de acompañamiento. Eso también puede explicar un poco las dificultades y las incongruencias.
Hubo mandos que asumieron tareas para las cuales no estaban preparados porque otros mandos mejor preparados y con mayor formación estaban presos.
VA: Para aquella época de los hechos, ¿cuál era su función en la estructura del M-19?
DV: En 1981 estaba fuera del país, estaba haciendo lo que nosotros llamábamos trabajo internacional, que era un trabajo amplio, abierto y también clandestino. Yo estaba en Ecuador, eso no es un secreto, porque en alguna oportunidad me detuvieron y, por supuesto, que eso se conoció.
Jaime Báteman Cayón, antes de morir en un accidente aéreo, le propuso al gobierno nacional avanzar hacia la concresión de una paz dialogada.
“Solidaridad” de Cuba y Panamá
VA: Su crónica deja muy claro el papel que los gobiernos de Cuba, con los hermanos Castro a la cabeza, y Panamá, con Omar Torrijos, tuvieron un papel clave en la operación que llevó a los 40 combatientes a la Ensenada de Utría. ¿Qué análisis hace al respecto?
DV: Esas situaciones se veían como solidarias. Estamos hablando de 1980, 1981: había triunfado la revolución sandinista en Nicaragua (1979) y era un momento de máximo avance de las fuerzas revolucionarias en Centroamérica. Es decir, había toda una euforia en favor de la lucha armada, eso no se puede negar.
De manera que ese apoyo cubano con relación a la capacitación militar se veía como parte del internacionalismo, como la solidaridad que ellos, por el hecho de ser una revolución avanzada, brindaban a los movimientos revolucionarios de América Latina. No fue sólo al M-19, sino a muchísimas organizaciones del continente y de otros continentes.
Y con relación a Panamá diría lo mismo, estaba a la cabeza del gobierno Omar Torrijos, un militar nacionalista, revolucionario, que había logrado que el canal transoceánico pasara a manos panameñas; además, y, además, tenía una preocupación por la paz en Colombia.
VA: ¿Y cómo ese interés de Torrijos se articulaba con las operaciones del M-19?
DV: Estamos en 1981, y para ese momento la organización había hecho propuestas relacionadas con la posibilidad de una negociación política del conflicto. Jaime Bateman, durante la toma de la Embajada de República Dominicana había escrito una propuesta de paz.
De manera que el M-19 buscaba con estas acciones del Chocó, Nariño y Putumayo, acortar los tiempos de la guerra, había las condiciones para seguir cabalgando sobre una propuesta de paz y en eso se mantuvo durante la década de los años ochenta hasta lograr la paz en el noventa.
VA: Con la creación de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, ¿usted cree que ambos países, como Estados, deberían aportar algo al respecto de ese tipo de apoyos a la insurgencia colombiana?
DV: No sé si la Comisión de la Verdad ha avanzado en ese sentido, pero creo que parte de la verdad y de las incógnitas que todavía existen sobre el conflicto están en esos países. De hecho, los cubanos en una época tuvieron unos archivos muy organizados de todas sus actividades, no los dejaban ver, pero tenían registros de lo que hacían, de quiénes, cómo, dónde, con quién y por qué, sí lo tenían. Verlos sería un gesto para alcanzar una verdad más integral de lo ocurrido en Colombia.
La retoma del Palacio de Justicia por parte del ejército, llevó a que civiles fueran literalmente sujetos a “ejecuciones sumariales” por considerarlos cercanos al M-19.
En busca de los cuerpos
VA: ¿Cuál es su valoración sobre el comportamiento del Ejército en la persecución, eliminación y desaparición de los combatientes del M-19 en Chocó?
DV: El Ejército actuó en esta operación como estaba actuando en muchas otras actividades antisubversivas, sin ningún miramiento a los derechos humanos. Recordemos que estaba vigente el Estatuto de Seguridad, bajo el cual las Fuerzas Armadas tenían un visto bueno para sus actuaciones.
Recordemos también que organismos internacionales como al Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional estuvieron atentos al desarrollo de las violaciones a los derechos humanos en Colombia.
Este es un caso de desaparición forzosa, de los 40 combatientes que llegaron a la Ensenada de Utría 35 están desaparecidos. El hecho ha sido conocido por la UBPD, que ha hecho varias misiones de prospección. Creo que todavía hay una gran parte de la verdad de lo que ocurrió que está por resolverse y puede resolverse por la vía de la localización de los cuerpos de las personas que se encuentran desaparecidas.
VA: ¿Habrá militares activos, o por lo menos vivos y ya retirados, que puedan saber de esa operación y de lo ocurrido con los combatientes?
DV: Yo estuve tanteando por esos lados y no tengo información directa de personas que hayan participado en los sucesos.
VA: ¿Su libro tiene algún mensaje para el Ejército?
DV: Sé que varios oficiales en servicio activo o en retiro han leído el libro, y claro, en el fondo lo que quisiéramos todos es que de parte del Ejército se diera la mayor información posible. Casos como el que relato de la familia Montaña Sanabria, en la que nueve personas de esa familia estuvieron comprometidas en estos hechos de parte de la guerrilla. Son familias que aún están esperando conocer a fondo la verdad de lo que ocurrió.
VA: ¿Cuál ha sido la tarea de la UBPD en este caso?
DV: La Unidad de Búsqueda ha hecho su tarea en distintas partes del territorio, pero no ha tenido resultados exitosos, de manera que no hay ninguna evidencia aún.
Ejercicio de memoria
En la gráfica el escritor Darío Villamizar. Vivió las mejores épocas de lucha del M-19, según lo relata.
VA: En medio de los hechos de hace cuatro décadas y ahora en la búsqueda de los restos están las comunidades afros e indígenas del Chocó. ¿En el desarrollo de su investigación, tuvo la oportunidad de hablar con algunos de sus voceros o voceras?
DV: Sí. Para este trabajo hice cuatro viajes a Chocó, el primero de ellos fue a la Ensenada de Utría, donde desembarcaron, ahí tuve la oportunidad de hablar con pobladores de la región, que en aquellos años eran jóvenes, y con dos de los tres de los conductores de los botes en los que se transportaron los combatientes (el terceo ya había muerto), y con sus familias.
Después ya las regiones más hacia la cordillera Occidental, en la zona habitada por afrodescendientes e indígenas Emberá, hablé con pobladores. En el libro está el acta de defunción de doce guerrilleros que, presumiblemente, fueron enterrados en una población que se llama Piedra Honda, por los lados del Alto Andágueda, habitado por unas 300 personas, donde hay mucha pobreza.
Ahí tuve la oportunidad de hablar con hombres y mujeres que, en esa época también estaban muy jóvenes, y pudieron ver situaciones como, por ejemplo, el desembarco de los cuerpos que llevaron a esa población en helicóptero. Las personas recuerdan estos hechos con tristeza.
VA: No fue fácil para esas comunidades la situación. Les llegaba la guerra.
DV: Es una población afro e indígena afectada: unos armados que llegaron a su territorio sin nadie haberlos llamado; detrás de ellos llegaron otros armados que también venían con intención de capturarlos o de darlos de baja.
VA: ¿Habló con las familias sobre el tema? ¿Cómo han reaccionado a su historia?
DV: Algunas familias lo han leído, particularmente hay una familia en la que tres de sus integrantes lo leyeron muy emocionados y se han conmovido profundamente. Hay familias que durante 40 años no supieron nada de esta historia, entre ellas la mamá de ‘La Chiqui’, a quien personalmente le entregué una copia de su diario. Ella me dijo que es lo primero que recibe de su hija en 40 años. Ese es el nivel de los sentimientos que están puestos en el libro.
VA: Por último, poco se habla de combatientes guerrilleros desaparecidos en combate a manos del Ejército. Casos como el de Chocó debe haber en otros lados. ¿Por qué es necesario saber de eso en el país?
DV: Generalmente se habla de guerrilleros muertos en combate, pero poco se dice de guerrilleros que fueron desaparecidos, pero es un hecho. En este caso mis preguntas a mí mismo, y mis preguntas en el libro, y mis preguntas a los otros actores armados son: ¿dónde están sus cuerpos?, ¿dónde fueron enterrados?
Como en los mejores pasajes de “El coronel no tiene quien le escriba”, novela de Gabriel García Márquez que vio la luz en 1961, hace dos años enviamos dos oficios a la gobernadora, Clara Luz Roldán, pidiéndole una reunión con el fin de expresarle múltiples aspectos que golpean a los empleados de la Gobernación.
No recibimos respuesta. Consultábamos el correo electrónico, nada. Preguntábamos al guarda de la recepción en la Asamblea Departamental, donde está nuestra sede, y nada. Incluso, llegó un momento en el que tan solo con mirarlo, sabía qué le íbamos a preguntar. Con gesto desolador meneaba la cabeza. La respuesta nunca llegó. Y nos cansamos de esperar…
Sin embargo, sorpresivamente recibimos una invitación a un almuerzo, convocatoria de la que desistimos; una nueva fecha para que tomáramos un tintico en el Despacho, del cual también declinamos.
¿Y por qué motivo no se le tomaron un cafecito a Clara Luz? Para evitar los comentarios de las lenguas viperinas, porque no faltará quien diga que junto con el tintico sirvieron pandebonos y galletas de soda. Y, pensarán que, además, pondrían sobre la mesa mantequilla y mermelada. Y como tenemos algunos dirigentes sugovianos algo catanos, la mantequilla les sube el colesterol, y la mermelada les dispara el azúcar.
Por ese motivo, para evitar murmuraciones, decidimos guardar a las partes, y frenar a los lenguaraces que no han de faltar en Macondo.
Reunirnos ahora, a las puertas de una negociación del pliego petitorio de los empleados, es taninoportuno como el violinista que en un restaurante interpreta “El milagro de tu amor” junto a la mesa de una pareja que está discutiendo su divorcio.
No queremos suspicacias hacia la gobernadora, ni dar pie a comentarios que empañen nuestro desempeño transparente desde que nos fundamos comoSUGOV.
No estamos cerrando las puertas al diálogo. Hay muchos temas de qué hablar con la mandataria vallecaucana. Ese tintico nos lo tomaremos después de la negociación del Pliego Petitorio de los empleados, y nos comprometemos a llevar los pandebonos.
Como solía repetir el filósofo de Vijes: “El palo no está pa´ cucharas”, y otro que era muy típico en él: “Mejor dejemos los santos quietos.”
¿Y LA NEGOCIACIÓN?
Hoy se instaló oficialmente la mesa de negociación del Pliego Petitorio. Arrancó en un ambiente enrarecido, con una agenda muy apretada, porque son muchos los puntos que debemos acordar y, además, el sinsabor porque hay sinnúmero de elementos acordados años atrás y que la administración no ha cumplido. Pareciera que se quedaron en el papel.
Uno de los aspectos que a todos nos interesan: el ajuste salarial. Insistimos: estamos pidiendo el 7.26% que es el Decreto Nacional, más cinco puntos. En este cuatrimestre, los ingresos han sido satisfactorios para un buen aumento. Es urgente y necesario en medio de una inflación como la que tiene golpeados los bolsillos de los servidores públicos. ¡Si nos apoyan, coronamos!
También en dos ítems del petitorio tocamos la situación de los contratistas, que al margen de en qué línea militen ellos, son clase trabajadora y compañeros nuestros. Así los miramos desde el SUGOV.
Y, para terminar, las preguntas fregonas:
… ¿Sabía que el SUGOV hizo llegar al DADI comprobación, con documentos, de que en otras entidades oficiales sí pagan las incapacidades completas a los funcionarios?
… ¿Sabía que hasta en el sector privado lo hacen así, pero acá en la Gobernación están dilatando el asunto, buscando cómo eludir ese punto que ya fue pactado en un Acuerdo Laboral?
.. ¿Sabía que hay plata para hacer un reajuste laboral del 12%, si la administración tuviera la “voluntad política” para hacerlo?
El Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle del Cauca-Diverso pero Unitario, es una Organización Sindical de Industria y/o rama de actividad económica de primer grado y mixta, que tiene en su seno a Servidores Públicos adscritos en los Niveles Central-Descentralizado, EICES-ESES-de Nivel Dptal. y Funcionaros de Educación planta FODE .